Acuse de recibo
Hoy traigo una mescolanza de cartas en las que sobresale, por parte de los sufrientes, la imposibilidad de saber por qué sucede lo que les afecta. Falta de información y atención institucional, respuestas parciales, rumores...
Ulises Prieto me escribe desde Segunda del Este número 36, entre Primera y Segunda del sur, en Placetas, Villa Clara. Él quiere saber por qué lleva ya siete meses sin rodar el tren que enlazaba a Morón y Nuevitas con la región norte de Villa Clara, y resolvía tanto trasiego de pasajeros. La única respuesta que le han dado es que está anulado, si es que esa obviedad es una respuesta. «En la calle se comenta que es por unos puentes que están en mal estado, pero en realidad no se le ha dado al pueblo una explicación», señala Ulises.
Igualmente confundidos, pero por asuntos salariales, están los trabajadores del merendero La Terraza, de Sitiecito, en el municipio villaclareño de Sagua la Grande. En nombre de ellos escribe Martha Águila Alfonso, vecina de Cándido González 24, en esa localidad.
Refiere Martha que necesitan una respuesta acerca de por qué el sistema de estimulación que tenían tradicionalmente, fue erradicado de ese y de los restantes centros gastronómicos de Sagua la Grande. «El último pago fue en diciembre 30, manifiesta. Y a pesar de haber cumplido y sobrecumplido el plan de ventas, ese pago por resultados no nos ha llegado».
Según la remitente, ese colectivo ha reclamado a la administración y al sindicato, tanto en la base como en el municipio, «y no nos dan respuestas concretas sobre el caso».
Algo similar experimentan los trabajadores del depósito Calvario, de la Empresa Metrobús, en Ciudad de La Habana. En nombre del colectivo escribe Tania Izquierdo Figueroa, residente en Calle Sexta, edificio 14, apartamento 25, entre Camilo Cienfuegos y Rosales, en el Reparto Eléctrico, municipio capitalino de Arroyo Naranjo.
Señala Tania que desde marzo del presente año no les ha sido pagado a los trabajadores merecedores del mismo, el estímulo en CUC que perciben desde hace varios años, de acuerdo con determinados parámetros a cumplir. Y asegura que no se ha dado una respuesta de la causa de tal situación.
Precisa la trabajadora que el mes pasado, la dirección de la Empresa le aseguró al sindicato que el problema estaba resuelto, y que se pagarían los meses de marzo y abril. Y no han faltado las gestiones en la CTC, tanto en el municipio como en la provincia, pero hasta el momento no han tenido una respuesta.
Desde la ciudad de Camagüey escribe Dania Puertas Quiroga, vecina de calle Segunda número 76, entre Palomino y Central, en el reparto Agramonte. Ella cuenta que es impedida física y el pasado 5 de mayo viajó hacia la capital en el ómnibus 2315 de ASTRO que cubre el turno de las diez de la mañana en el trayecto Camagüey-Habana.
«Verdaderamente no tengo palabras para elogiar la magnífica atención de los choferes Bernardo Rosales y Alfredo Pimentel, no solamente con mi persona, sino con todos los pasajeros que ese día viajamos. Ellos son ejemplo de excelente profesionalidad en el trabajo. Mis felicitaciones», apunta Dania.
Mercedes López Aquijo escribe desde calle 32 número 9301, en Vereda Nueva, provincia de La Habana. Ella cuenta que desde hace varios años, la central de ambulancias de la localidad fue trasladada para Caimito. Así, ante cualquier urgencia se ha llamado a este último poblado, y, por suerte, no ha habido dificultad.
Pero ahora, no sabe ella por idea de quién, cuando se presenta un caso de enfermedad súbita, se debe llamar a Güines, para que desde allí avisen a Caimito, como si este pueblo no tuviera comunicación con Vereda Nueva.
«Yo no sé si son los años de experiencia, comenta Mercedes, pero esta situación me ha quitado el sueño. Solo pienso en los enfermos graves, en los niños. Y hasta he pensado en mi propia nieta que puede verse en esta situación. Me he quejado, y nada. ¿Quién o quiénes son los responsables de esta idea tan loca? ¿Habrá que esperar que alguien muera para agilizar ese trámite?».