Acuse de recibo
Los ascensores de edificios altos en Ciudad de La Habana continúan descendiendo, pero no precisamente en el sentido espacial, sino en su disponibilidad y nivel de eficacia operativa. Entre las mataduras del tiempo y los años sin financiamiento, han ido paralizándose muchos de ellos, sin las reposiciones correspondientes, para complicación de los residentes en esos inmuebles.
Hace unas cuantas semanas esta columna reflejó el drama que tienen los inquilinos de los edificios de 12 y nueve plantas, respectivamente, de la calle E número 15808 y 15821, entre N y 12, en Altahabana, en el municipio de Boyeros: hace tiempo que tienen los ascensores prácticamente paralizados, sin soluciones. Y en el segundo caso, tampoco funcionaban las dos bombas que impulsan el agua para el consumo de los vecinos.
Los afectados se preguntaban: ¿quién responde por el aseguramiento técnico mínimo a los ascensores en estos edificios?, y lo hace ahora Vianka Loredo Fuentes, subdirectora jurídica de la Dirección Municipal de Vivienda de Boyeros, quien precisa que ya se había informado a los afectados que se estaba gestionando la propuesta de reparación general de todos los ascensores, proceso que lleva su tiempo, pues hay que coordinar con otras empresas y entidades municipales. Y el presupuesto necesario para esos trabajos es elevado.
De hecho, aclara la funcionaria, ya se encuentra aprobado el financiamiento y se trasladó la solicitud a UNISA, la entidad reparadora de los equipos, para que se proceda al arreglo de los mismos.
Y en cuanto al bombeo de agua en el edificio 15281, apunta que se instaló una nueva máquina desde el 26 de mayo pasado.
Agradezco la explicación de la funcionaria, más bien circunscrita a la realidad de su territorio. Ya UNISA había respondido desde la perspectiva del que presta los servicios de reparación y mantenimiento. Sería oportuno que la Dirección Provincial de Vivienda brindara una panorámica del problema en toda la capital.
Hoy aprovecho para incluir algunos otros datos sobre el estado de la correspondencia a esta sección en el último corte analizado (primero de noviembre de 2005 a 30 de abril de 2006). Son curiosidades que no cupieron en el artículo publicado el pasado domingo:
Del total de cartas recibidas en esa etapa, 2 587, el 53,65 por ciento arribó por correo electrónico, y el 45,81 por correspondencia postal ordinaria; lo cual refleja que nuestros lectores ponderan cada vez más la agilidad de las nuevas tecnologías para enviar sus mensajes.
En cuanto al origen, por territorios, el 41,75 por ciento de las misivas provienen de Ciudad de La Habana, seguida de La Habana con el 6,26. Y de ahí para abajo el resto, hasta la Isla de la Juventud, que solo tributa el 0,93 por ciento de la correspondencia.
Y los 20 municipios del país que más correspondencia registran, en orden descendente, son: Plaza, Playa, La Habana del Este, 10 de Octubre, Centro Habana, Cerro, Arroyo Naranjo, Boyeros, La Habana Vieja, San Miguel del Padrón, Santa Clara, Bayamo, Guanabacoa, La Lisa, Marianao, Santiago de Cuba, Baracoa, Cotorro, Banes y Holguín.