El narcotraficante más buscado de México, el Chapo Guzmán, eludió la persecución policial durante 13 años usando alta tecnología, mucha de la cual no está al alcance de los civiles, como detectores de aparatos-escucha en habitaciones o personas, o equipos de comunicaciones que codifican las transmisiones, entre otros. Paradójicamente, fue una simple escucha telefónica de una llamada convencional por celular de uno de sus allegados, la que reveló el lugar donde se escondía en una playa en Mazatlán, México.