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Sobre el pecho del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Auma, luce y se honra la Orden José Martí, tras imponérsela el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General de Ejército, Raúl Castro. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 06:32 pm
Sobre el pecho del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Auma, luce y se honra la Orden José Martí, tras imponérsela el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General de Ejército, Raúl Castro.
Las razones para otorgársele esta condecoración, la máxima que concede el Consejo de Estado, a propuesta de su Presidente, se dijeron sin palabras altisonantes. Solo con la verdad de las virtudes de un luchador antimperialita, dirigente de movimientos sociales, indígenas y sindicales: sus extraordinarios méritos, sus valores, el compromiso consu pueblo y con la integración de Nuestra América.
Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, leyó los motivos. El hermano Evo es un genuino representante de su pueblo, de los indígenas, campesinos, mineros, obreros y de quienes defienden los intereses populares, construyendo una patria más justa y soberana.
Ese Estado Plurinacional de Bolivia que, como se dijo, ya no es la nación más pobre de America Latina, sino que muestra significativos avances económicos, en salud y educación y es un ejemplo de políticas inclusivas, porque por primera vez los pueblos originarios ven reconocidos sus derechos y formar parte indisoluble de su nación y de su sociedad.
Y a esos logros de la presidencia de Evo Morales, el Consejo de Estado de Cuba reconoció también su liderazgo mundial, fundamentalmente en la defensa de la Pachamama, de la tierra.
El presidente Evo ha contribuido y contribuye a la salvación de Nuestra América, a la integración latinoamericana y caribeña, y es también más que suficiente para que lleve en su pecho la Orden que le entrega con respeto y cariño el pueblo de una Cuba que ha sido honrada con su amistad desde que era dirigente de los movimientos sociales, por su amistad y hermandad con Fidel, representativa de la hermandad de nuestros pueblos.
Por supuesto que en esa presentación de la Orden se citó a José Martí en su ensayo Nuestra América en el que previó que solo el despertar y la incorporación del indio salvaría a nuestros pueblos y naciones.
Es que estamos en los tiempos en que «¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes».
