Una poda indiscriminada en la calle 59 en el municipio de Marianao ha puesto en peligro su vida. Autor: Douglas Fernández Hernández Publicado: 21/09/2017 | 05:56 pm
El crecimiento de la población, las condiciones del medio ambiente, la necesidad de hacer un uso racional de los recursos naturales, proteger las especies, lograr un desarrollo sustentable y al unísono que los seres humanos tengan un lugar saludable, hermoso donde puedan satisfacer sus necesidades con paz, equidad, y dignidad, hicieron que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1986 instituyera el primer lunes de octubre de cada año como el Día Mundial del Hábitat.
En la actualidad la mitad de la población del mundo vive en ciudades, por lo que se han convertido en el hábitat más importante para los seres humanos. Asimismo, se estima que dentro de veinte años el número de citadinos superará el 80 por ciento de la población mundial total.
Por tal motivo, este lunes, Día Mundial del Hábitat, se hace necesario reflexionar sobre prácticas que en la comunidad pueden provocar daños al equilibrio, la belleza y la vida de las especies en las ciudades, así como velar por un adecuado diseño urbano y paisajístico que promueva y garantice su desarrollo integral y una gestión inteligente de sus recursos.
Con motivo de la conmemoración, Juventud Rebelde ofrece algunas fotografías que muestran acciones irresponsables en el arbolado de nuestras urbes, que no solo la afean, sino que afectan su armonía y en la actualidad la alejan de la tendencia mundial de lograr ciudades más verdes y saludables.
En la calle 23 y H en el Vedado, tres ficus o laureles de parque sufrieron una poda incorrecta sin que representaran peligro para la vía.
Esta especie, típica para la siembra en parterre y parques, tampoco ofrece daños para el entorno urbano, brinda buena cobija para el transeúnte y ayuda a la descontaminación del aire en las ciudades.
La poda que demanda este arbolado debe eliminar las ramas viejas, deformadas o que se desvíen del eje central de la planta. En ocasiones, como la planta queda expuesta a daños tanto físicos como biológicos, pueden aparecer insectos oportunistas que constituyen plagas, como por ejemplo la termita o el comején.De igual forma la eliminación total del follaje afecta la fauna que habita en los árboles.
Tres árboles de framboyán, ubicados en la calle 59 entre 100 y 102, Marianao, también quedaron muy afectados por una mala labor de poda. Dos de ellos no ocasionaban daños al área urbana, dígase acera, parterre, sistemas hidrosanitario y eléctrico.
El framboyán, por las características y desarrollo vegetativo de sus raíces, que no son agresivas, solo requiere una poda sistemática, así como la aplicación de un sustrato adecuado, es decir, complemento orgánico. Este ejemplar, por sus características, es sembrado en avenidas, como en calle tercera de Miramar.
En la misma calle de Marianao, un ficus fue devastado.
En el parque ubicado en calle 88 y 51 de Marianao, un árbol en el centro de este espacio de solaz para la comunidad ha sido totalmente talado por causas desconocidas.
La poda es necesaria pero nunca debe poner en peligro la vida de la planta.
En la calle L y 23 en el Vedado se ha ido eliminando el arbolado escogido para el área sin que estos afectaran la vía peatonal. Tampoco existe una sustitución de los mismos.
La calle 100 de Marianao se caracterizaba por la presencia en ambas zendas de majaguas, laureles y acacias que ofrecían abundante sombra, fresco y un entorno agradable al caminante.
Una tala indiscriminada ha cambiado el entorno paisajístico de la localidad. En los últimos años se ha acrecentado esta problemática.
La calle Santa Emilia, en Santo Suárez, muestra un árbol cercenado completamente sin que ofreciera afectaciones para el entorno urbanístico.
En un bloque de 23 y F, Vedado, se puede observar el uso de palmas adonília como sustitución del arbolado característico de esta área urbana: específicamente del ocuje, que reúne las condiciones para el diseño de parterres en las avenidas.
La adonília no cumple los objetivos estéticos y sociales necesarios en esta zona, dígase fungir como purificadores del medio ambiente y proporcionar sombras a los transeúntes. En tanto, el ocuje es una especie de 8 a 15 metros de altura, tronco grueso, muy frondoso y raíces que no son agresivas al espacio citadino, si se les brinda un buen mantenimiento agrotécnico, o sea, poda y eliminación de las raíces laterales que representen peligro para la vía urbana.
La avenida de La Caridad en Camagüey muestra una correcta armonía entre los elementos arquitectónicos y paisajísticos. La urbe hace gala de una cultura de poda: las plantas afectadas son sustituidas por otra de la misma especie.
El entorno de la iglesia del Sagrado Corazón, en la ciudad agramontina, es un bello ejemplo de complemento entre la arquitectura y las áreas verdes.
Ejemplo de distribución espacial y de volumen equilibrada en Camagüey, donde se aprecia una simetría armoniosa entre los árboles y elementos constructivos.
En la avenida de los Presidentes encontramos un paisaje donde se conjugan los elementos arquitectónicos y naturales en perfecta armonía.
Esta vía fue diseñada con palmas para acentuar la cubanía y a tono con los monumentos dedicados a próceres que fueron construidos en toda su extensión. Para lograr el equilibrio se combinan las palmas con laureles, los cuales presentan hermosas figuras geométricas.
Las palmas, árbol nacional de Cuba, son especies empleadas para denotar patriotismo y se utilizan en zonas de valores históricos: museos, parques, o en instalaciones de carácter campestre, rústico.
La imagen muestra una sustitución de las especies a tono con el entorno, así como la necesaria protección y conducción del arbolado durante las primeras etapas de desarrollo.
A pesar de los años de este arbolado en la Rampa del Vedado, se aprecia que no constituyen una agresión para el medio urbano. El framboyán amarillo y el ocuje demuestran una adaptación adecuada a la ciudad.