Quien ha dedicado toda su vida a cumplir con el deber sencilla y naturalmente, como postulara el cubano mayor José Martí, nos está dando una nueva lección de estatura moral, de valor, desinterés y confianza.
Para nosotros, revolucionarios a toda prueba, hijos de una nación que ha resistido a pie firme el bloqueo genocida, que ha sobrevivido casi medio siglo bajo la amenaza constante de agresión directa, que no tembló ni estando en la mira de las bombas nucleares, que desafía a diario la prepotencia del imperio y lucha con tesón y seguridad por la libertad de cinco de sus mejores hijos injustamente presos en sus mazmorras, el momento es de firmeza, serenidad, continuidad y combate.
A nuestros adversarios, el momento puede parecerles oportuno para confirmaciones trasnochadas y aspiraciones sietemesinas.
Compañero Fidel: tenemos el inmenso privilegio de ser una organización nacida de su idea preclara de poner en manos del pueblo la sagrada misión de defender la Revolución.
Nuestro compromiso crece como el del hijo que precisa estar a la altura moral de su progenitor para merecer la herencia de su ejemplo.
Para los Comités de Defensa de la Revolución, el momento es de mantener la unidad, de cumplir las indicaciones reiteradas por Usted y Raúl en los últimos tiempos, que nos convocan a trabajar duro y bien. Es precisamente la unidad, la que ha preservado los más caros anhelos y las sagradas aspiraciones de este pueblo a lo largo de toda su historia
Cada cederista, cada cubano revolucionario, debe ser ahora más consecuente que nunca con las ideas que defendemos. Cumplir con el deber es tarea ineludible. La vigilancia popular revolucionaria debe erigirse hoy, al igual que en septiembre de 1960, en valladar infranqueable contra toda pretensión del enemigo. El cumplimiento de nuestras misiones debe elevarse al máximo.
Cuba tiene el derecho como nación soberana e independiente de decidir su propio destino libre de injerencias e imposiciones. Apoyamos firmemente su decisión, compañero Fidel, y reafirmamos que nada podrá vencernos ni dividirnos. En las presentes y futuras batallas, la patria tiene en los Comités un sostén firme y pilar invencible. En nosotros, sus ideas son como raíces que nos mantienen más unidos y combativos, defendiendo el socialismo a cualquier precio.
¡Hasta la victoria siempre!
Secretariado Ejecutivo Nacional