Acuse de recibo
Es vergonzoso dedicarle espacio en un diario nacional a las heces fecales, pero más lamentable es que haya familias viviendo entre estas, sin que las autoridades correspondientes logren que se resuelva asunto tan lesivo para la salud y la dignidad humanas.
Alexis García Pulido escribe desde calle 8 No. 657, entre 1 y 3, en el reparto Camilo Cienfuegos, de la localidad La Fe, Isla de la Juventud. Y lo hace para denunciar que 30 familias en esa cuadra llevan seis meses rodeadas de vertimiento de heces fecales, sin solución hasta el pasado 3 de enero.
Consigna el remitente que tal situación es asunto público, y la conocen autoridades del Municipio Especial, entre ellas un Vicepresidente y la Secretaria del Consejo de la Administración Municipal (CAM), la responsable de Acueducto y Alcantarillado y otros funcionarios.
Refiere que, según la directiva de Acueducto y Alcantarillado, aún no le han aprobado la inversión para darle respuesta al problema.
Pero las familias afectadas están desesperadas y claman por una urgente solución de algo que puede derivar en un brote de enfermedades, a más de la molestia y la indignidad.
Urgidos como están, los vecinos le comunicaron a la directiva de Acueducto y Alcantarillado que ellos mismos iban a comprar los materiales.
«En un primer momento —señala Alexis—, cuando le planteamos la posible solución de nuestra parte, nos comunicó que debíamos poner la mano de obra, y le expresamos que contara con nosotros. Todo quedó en palabra.
«La llamé vía telefónica y me respondió que aún no le han aprobado la inversión. Así llevamos seis meses, entre las heces fecales», concluye.
A Julia Mabel Zaldívar (calle 15, entre 10 y 12, Bejucal, Mayabeque) se le derrumbó la casa hace cuatro años. Y por decisión del CAM, con seguimiento de la Asamblea Provincial del Poder Popular (APPP), se adaptó un local del antiguo policlínico del municipio, por una brigada de mantenimiento constructivo.
Las acciones de albañilería e instalación hidráulica y sanitaria terminaron en abril de 2017. Julia firmó un acta de conformidad para recibir la vivienda. El director de Infraestructura y el jefe de Mantenimiento Constructivo le plantearon que, una vez concluidos los trabajos en el inmueble, ella disponía de un año para reclamar cualquier evidencia de mala terminación.
Dicha acta de conformidad fue firmada junto a una nota que ya precisaba la deficiente terminación en el servicio hidráulico. Y a solo dos días de la firma comenzó el vertimiento de aguas albañales por el tragante del baño y por el patio de la casa.
Julia informó la situación al CAM. Y al no recibir visita de este, lo comunicó a la APPP. Entonces se le orientó a la dirección del CAM personarse en la vivienda. Así lo hizo y comprobó la pésima ejecución de la obra hidráulica, al tiempo que orientó al jefe de Infraestructura solucionar el problema.
Enviaron unos plomeros subordinados al CAM, quienes dictaminaron que se debía pasar una cinta para destupir el sistema de alcantarillado, tarea que debía realizar Acueducto y Alcantarillado municipal.
El 1ro. de enero de 2018, cuando Julia me escribió, aún no aparecía la solución al problema, a pesar de que había sido comunicado a todas las instancias municipales y provinciales.
«Las compañeras de Atención a la Población de la Asamblea Municipal —refiere— han tratado de buscar solución a dicha situación. Sin embargo, no hay un accionar por parte de la Administración municipal.
«Mientras tanto las aguas albañales siguen afectando el baño, el patio y los alrededores, donde colindan tres familias con niños pequeños y débiles visuales, así como un consultorio médico, la óptica, la farmacia y las sedes de la ANAP, la FMC y los CDR», concluye Julia.
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