Acuse de recibo
El pasado 22 de noviembre, desde Pinar del Río, Liván Salazar Morejón narraba los problemas sufridos con el control remoto de una cajita HD Soyea para la televisión digital, que compró en abril de 2016 a 49,95 CUC: desde un inicio el mando tuvo problemas. El compartimento de las baterías no estaba bien diseñado y era inestable. Y al concluir la garantía de seis meses muchos botones obraban a capricho.
Por canales informales, no oficiales, Liván averiguó, y supo que lo del mando era recurrente, a pesar del alto precio de los decodificadores. Y el cliente se quejaba de que la mayoría de los botones no trabajaban, en especial los de subir y bajar el volumen y los del cambio de canales.
Liván llamó a los servicios de posventa de Cimex, entidad que vendió la cajita, y le dijeron que para el mando no entraba nada de esa marca hacía mucho tiempo.
«¿Ahora qué hago?», decía el consumidor, y afirmaba además: «¿Tengo que volver a gastar 50 CUC para ver televisión digital por otros seis meses? ¿Por qué asumir el costo de lo que fue una mala inversión de alguien al comprar una marca de baja calidad?
«No entiendo que los costos sean tan exagerados, sobre todo para el salario medio cubano, y la calidad sea tan mala. Con las cajitas llueve sobre mojado. Al final solo oímos justificaciones y promesas de lo que viene, con una solución: desembolsar otros 50 CUC», concluía.
El pasado 27 de diciembre recibí una respuesta de Basilio Suárez Cabrera, gerente general de la Sucursal Cimex Pinar del Río, fechada el 27 de noviembre de 2017. Señalaba que la caja descodificadora Soyea de definición estándar fue vendida en la red minorista de Cimex durante 2016, y transcurrido el tiempo de garantía de la misma (seis meses) se mantuvo el suministro de piezas para su reparación.
«Al transcurrir el período de tiempo desde el 26 de septiembre de 2016, refería, sin reaprovisionamiento de este tipo de equipo, debido a retrasos en el embarque de contenedores de esta mercancía, también ha disminuido la entrada de las piezas necesarias para dar solución a las averías que se puedan presentar».
Añadía que ya entonces estaban arribando contenedores con esos equipos, que vienen con sus piezas de repuesto. Y en todos los embarques que se realizaban venían esas piezas conjuntamente con la mercancía, como establece el contrato.
Refería el directivo que para darle solución a Liván y ante otras posibles situaciones, se transfirieron, desde otro taller de servicios técnicos, algunas existencias de placas y mandos de ese modelo de caja decodificadora.
Y expresaba que el cliente Liván «adquirió la caja decodificadora en abril de 2016, y a pesar de que el mando presentó dificultades desde el inicio de su funcionamiento, este no se presentó en los talleres de la División Tecnológica en ese momento».
Fue después de vencida la garantía comercial del equipo, en noviembre de 2017, cuando el cliente realizó llamadas telefónicas a las asistencias correspondientes, obteniendo información por esa vía de los servicios de garantía. Liván, según Basilio, fue debidamente informado sobre el funcionamiento de los servicios de garantía y post garantía en los talleres de la División Tecnológica: «Como resultado final de la atención a la reclamación realizada fue dictaminado y resuelto el defecto técnico que presentaba el mando del equipo en la instancia antes mencionada», anexaba.
Y concluía: «se considera con razón la queja presentada, reafirmando una vez más que la Sucursal Pinar del Río del Grupo Empresarial Cimex está en la disposición de atender cualquier inquietud o insatisfacción de sus clientes».
Considero que el asunto no es culpar al consumidor de no hacer la gestión desde un principio, si no esclarecer los problemas de calidad señalados por este, algo que no se hizo en la carta.
Al final, el cliente adquiere un equipo sumamente costoso para el cubano promedio, y no debe sufrir por los problemas del mando, ni tiene por qué entender que los repuestos falten por «retrasos en el embarque de contenedores», ni porque «ha disminuido la entrada de las piezas necesarias para dar solución a las averías que se puedan presentar».
Aun así, agradezco a Basilio la solución dada finalmente a Liván. Pero, ¿qué hubiera sucedido si el cliente se conforma con la respuesta de que «para el mando no entra nada de esa marca hace mucho tiempo», y no hubiera escrito a esta columna? Al menos Basilio asumió lo que no han hecho otros, quienes adquieren la mercadería en el exterior y pueden aclarar las dudas de Liván.