Acuse de recibo
En cierto comentario un agudo periodista se preguntaba cuánta arena del reloj de la vida habíamos dilapidado en colas, esperas, encuentros burocráticos y otras zarandajas. También en transportarnos, añado. En la rutina diaria ese es uno de los focos delirantes.
Martha Pérez González lo sabe bien. Por eso esta vecina del poblado Cayo El Pilar, s/n, en Punta, su asunto de Palma, Las Ovas, Pinar del Río, nos fleta su asunto sin muchos tiques de palabrería.
«En nuestra localidad —se duele la remitente— no existe ningún ómnibus de pasaje. (...) Los pobladores de Punta de Palma, aunque estemos alejados de la capital provincial, también tenemos necesidades de transportarnos, ya sea para estudiar, trabajar o asistir al médico.
«Si nos encontramos en Briones Montoto (lugar situado a diez o 15 kilómetros aproximadamente) y nos queremos dirigir a Punta de Palma, resulta casi imposible. Y ni pensar en caminar. Puede ser muy riesgoso, porque hay búfalos en la carretera», añade Martha.
¿No hay ningún ómnibus disponible?, se pregunta la pinareña, en nombre de otros tantos residentes, quienes añoran la Girón VI que antiguamente los transportaba. Ahora mismo desean alguna opción que cubra la travesía.
Entre muchas voces se va llegando a la verdad. Las inundaciones que desde hace tres lustros afectan un segmento de la calle villaclareña Prolongación de la Independencia, desde B hasta D, en el Reparto Virginia, Santa Clara, han resonado ya dos veces en esta columna. Hoy nos vuelven a salpicar.
Cuando el lector Armando Amores Flores presentó el caso, el 16 de agosto de 2009, supimos que en el mencionado tramo de 200 metros había varias obstrucciones que provocaban fétidos y a veces intransitables charcos.
El 31 de diciembre último, en la voz de Julio F. Rivero Calderón, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villa Clara (EAAVC), supimos que el drenaje pluvial del área de marras no existía debido a diferentes entidades que progresivamente fueron obstaculizando la circulación natural de las aguas en la zona; entre ellos la tienda La Riviera.
Enfatizaba el dirigente que la solución solo llegaría con el compromiso de estas instituciones que «ilegalmente, sin previa consulta con la EAAVC, obstruyeron el sistema de desagüe».
A propósito nos llega la misiva de Rigoberto López de Castro Martín, gerente general de la Sucursal CIMEX en tierra villaclareña. Conocida la situación, explica Rigoberto, se revisó la posible responsabilidad de la tienda La Riviera, perteneciente a CIMEX, en la afectación. Y se comprobó que los problemas datan de fecha anterior al traspaso de dicha unidad del Ministerio de Comercio Interior a CIMEX.
«La tienda fue restaurada e inaugurada en diciembre del año 2000, con todas las licencias y consultas a los organismos competentes, existiendo ya el problema, por lo que CIMEX no lo creó», señala Rigoberto.
«En recorrido por la zona afectada y más allá se pudo constatar que no existe drenaje libre alguno, los niveles de las calles transversales son superiores en relación con el terreno por donde supuestamente debe circular el agua. Así sucede en las intersecciones de las calles B, C, D y E con Independencia. En estas últimas, la cuneta que existió en algún momento está completamente obstruida por residuos vegetales, escombros y basuras arrojadas por vecinos durante muchos años», apunta el gerente.
Compartida esta información con la EAAVC, su director general reconoció que la mención de la tienda como infractora es incorrecta.
También se analizó —detalla Rigoberto— que para que los organismos competentes solucionen definitivamente la difícil situación, es preciso ejecutar una obra compleja que requiere de equipos de movimiento de tierra, recursos y personal especializado.
En cualquier caso, la sucursal CIMEX estaría dispuesta a ayudar en cuanto estuviese a su alcance.
Agradecemos mucho la minuciosa aclaración de Rigoberto López de Castro y esperamos que las otras instituciones con pies mojados en estas aguas, ofrezcan las correspondientes explicaciones.