Un estudio realizado en la Universidad de Michigan con personas mayores de 50 años mostró una fuerte correlación entre los traumas sufridos en la infancia y la mala salud bucal posterior, incluida la pérdida prematura de dientes. Entre las adversidades más significativas antes de los 16 años estuvieron el divorcio o pérdida física de sus padres, dificultades financieras y el abuso físico y/o sexual. Se estima que las víctimas intentan manejar el estrés consumiendo alimentos chatarra, alcohol, azúcar o cigarros, sustancias perjudiciales para su salud bucal como para su autoestima, su capacidad de aprender a relacionarse y su bienestar general.