Las estrategias tradicionales para desarrollar vacunas usan formas debilitadas de los virus, pero ese no puede ser el enfoque en el caso del sida porque se teme que acabe propiciando otra vía de entrada para la infección
Las estrategias tradicionales para desarrollar vacunas usan formas debilitadas de los virus, pero ese no puede ser el enfoque en el caso del sida porque se teme que acabe propiciando otra vía de entrada para la infección. Además, las moléculas del VIH mutan con rapidez y pueden evadir la respuesta inmunitaria de muchas personas, según explica un folleto de la IAVI (Internacional AIDS Vaccine Initiative).
Aun así, hay sólidos motivos para creer que es posible conseguir una vacuna: la mayor parte de la gente infectada controla el VIH durante muchos años antes de progresar a la fase sida; algunas personas nunca contraen el virus a pesar de exponerse repetidamente a él, y los estudios en primates no humanos demuestran que es posible prevenir la infección.
La investigación está en marcha en países occidentales y en varias naciones en vías de desarrollo. En estas últimas los ensayos son dirigidos por investigadores locales, con la colaboración de equipos científicos y patrocinadores de otros países para garantizar que los esfuerzos tengan relevancia a escala regional y todo marche en la forma apropiada, bajo principios éticos y con la participación de actores sociales claves de cada país.