H.E.: Llevo varios años solo porque mi pareja sigue de misión, a pesar de que le pedí que volviera al cumplir su primer tiempo. Decidimos experimentar el sexo cada cual por su cuenta mientras tanto, pero no tengo suerte, no encuentro nada que me interese o supere su presencia. Solo se dan encuentros temporales, sin compromiso. Tengo 45 años y quisiera formar una familia.
Para dejar entrar algo nuevo en tu vida debes dejar salir lo que estuvo antes, romper los lazos afectivos y estar listo para un nuevo compromiso, sin la zozobra de lo que pueda ocurrir si tu ex decide terminar su misión. Mientras compares lo nuevo con aquel referente y priorices la espera, no verás nada que cumpla tus expectativas, porque tú eliges mirar hacia el pasado y no al futuro.
Tienes que perder la ilusión que retienes para abrirte a una nueva, o seguirás pendiente de su decisión y viviendo historias pasajeras que no cumplen tus requisitos para formar familia y asentarte. Lo de la mala suerte es algo que te dices a ti mismo para demorar el cierre, tal vez porque esperas que esa ruptura venga de la otra parte y así sentirte con derecho a sufrirla sin culpas.
Deberías analizar qué lugar ocupa esa persona en tu vida, qué roles le atribuyes para atarte de ese modo a alguien que pone su desarrollo profesional o bienestar económico por encima de la permanencia de la relación que sabe en crisis actualmente.
Vale la pena analizar qué lugar tiene para ti este amor en la distancia, cuánto más puedes dejar tus propios planes en suspenso, y qué señales tienes de que, a la vuelta, tu pareja les dará el mismo valor y voluntad para cumplirlos.
Para que esos encuentros sean algo más que temporales debes estar dispuesto a entregarte sin condicionamientos, y cultivar relaciones significativas con quien te acompañe de verdad, te valorice y tenga en cuenta tus necesidades tanto como las propias.