M.U.: Llevo casi dos años con mi novio, pero no he podido tener relaciones con él, aunque lo he intentado. Es que mi primera vez, a los 16 años, fue con alguien que me obligó. Ahora, a los 23, todavía tengo un miedo que no logro superar.
En algún momento se darán las condiciones para entregarte sin otra obligación que la del deseo habitando en tu cuerpo. No se trata de que sea necesario, de que ya sea demasiado tiempo de espera o de que hasta para ti sea ya obligado intimar con él. Sería necesario que el deleite, las ganas, el disfrute «obliguen» a probar un poco más, guiada por el palpitar de tus sensaciones. ¿Qué palabras, fantasías, caricias, complicidades te llevarían a la entrega sensual?
Pareciera que aquella relación dejó marcas que todavía hoy resuenan. Actúas como si no te pudieras separar de ese momento. Temes ser obligada por un novio que espera y acepta intentarlo sin presionarte. Te ubicas, sin saberlo, en la posición de miedo a ser forzada, como si te fueran a arrebatar un sí que no pronuncias.
A veces resulta difícil decir sí a las demandas del otro e incluso al deseo más íntimo. Negarse tanto termina sirviendo para defenderse de un miedo a perder las riendas que va más allá de cualquier amenaza real. Poco refieres en tu carta que permita aseverar una u otra hipótesis. En estas líneas, solo sugerimos algunas posibles interpretaciones que tal vez sirvan para la reflexión.
Es bueno destacar que no hay una fecha, edad o momento fijo para abrirse al amor. Cada persona y cada relación tienen su propio ritmo. Es recomendable ir a un sicólogo con el fin de encontrar un modo de disfrute al que puedas decir: Sí, adelante, sin miedo. Mientras tanto, puedes ir creando las condiciones para, en algún momento, llegar a donde quieres.