Las personas que logran disfrutar su relación encuentran modos de amar sin idealizar tanto
L.D.: Hace mucho la relación con mi esposo está mal. Pasamos tiempo sin tener intimidad. Pienso en separarme constantemente. Sin embargo, hace poco tuvimos la sorpresa de un encuentro sexual tan bueno como antes. ¿Cómo pudo suceder que disfrutara tanto cuando ya nuestro matrimonio está tan deteriorado?
Hay condiciones para que tu goce sexual acontezca y que se dieron para este sorprendente rencuentro. La relación deteriorada no llega a impedir esa satisfacción. Tal vez sea el momento de interrogarse sobre lo que ese tipo de sorpresas puede significar para la relación y para ti como persona. ¿Qué les impide dejarse sorprender de vez en cuando?
Las relaciones no son tan ideales como soñamos. Suelen faltar piezas en el rompecabezas del amor, que también sirven de espejo para mostrarnos nuestras mejores virtudes y defectos como si fueran de la otra persona. Después de esta experiencia es posible analizar qué los enlaza y al mismo tiempo los aísla. Tal vez lo perdido no es razón suficiente para separarse.
Las personas que logran disfrutar su relación encuentran modos de amar sin idealizar tanto, así como satisfacerse sin traspasar límites que pudieran degradar o herir. En cualquier caso, se pierde un poco: ya sea de idealización o de placer. Son pequeños costos de vínculos estables.
No amamos ni disfrutamos a cualquiera, aunque no siempre coinciden amor y satisfacción en la misma persona. A veces, para alcanzar mayores deleites eróticos degradamos a la otra persona, asumiendo que no merece todo el «respeto del amor». Hay disfrute en estos casos que pueden terminar en ruptura. Pero hay otros modos que tal vez puedan intentar para conservar ambos.
Mariela Rodríguez Méndez, Máster en Sicología Clínica