L. D.: Hace unos tres años tuve una relación con quien amé desde niña. No nos protegimos. Al final me contó que padeció condiloma y le habían quemado las verrugas. Asistí a una consulta y no me encontraron nada. Aun así pienso que tal vez me infecté. A veces siento algo en mi cuerpo y creo que es la infección. Me pregunto si no será mejor hacerme una histerectomía por si acaso y ya quitarme esa preocupación.
Si sientes algo inusual en tu cuerpo consulta a tu médico. Él sabrá diagnosticar esta u otra enfermedad y orientarte el tratamiento. Pero jamás se utiliza una acción tan riesgosa como una operación para aliviar una preocupación o expiar una culpa.
Es posible que no estés contagiada con el virus del papiloma (HPV) causante del condiloma. Para que la infección acontezca es preciso el contacto físico (roce o unión) de las verrugas con una zona mucosa. Si no hay verrugas es difícil que haya infección. Por otra parte, no siempre el encuentro con el agente infeccioso (respiratorio, alimenticio, urinario o sexual) provoca un contagio.
El condiloma acuminado es una lesión verrugosa de las regiones anal y genital. Cuando se encuentra en el útero y no es debidamente tratado puede ocasionar trastornos meritorios de una histerectomía. Esta es una extirpación quirúrgica del útero, ya sea el cuello y el cuerpo uterino o todo el órgano junto a las trompas de Falopio, y los ovarios.
La histerectomía está indicada en mujeres con infecciones inflamatorias pélvicas recurrentes, endometriosis graves, tumores fibrosos grandes o sangrado vaginal excesivo y en otros donde la vida está amenazada, como cánceres, hemorragias incontrolables o infecciones graves. ¿Alguno de estos es tu caso?
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/sida y psicoanalista