A.A.: Inicié mi vida sexual hace cuatro años. En ese tiempo, solo tres veces he llegado al orgasmo con una pareja. El resto del tiempo me complazco a solas y así soy multiorgásmica. Mi pareja no conoce mi situación. No tengo la intención de contárselo, porque no me ocurre solo con él. Me pregunto de quién será el problema. Tengo 20 años.
¿Qué sucedió en esas ocasiones donde te sorprendió el orgasmo? ¿Cómo repetirlo? ¿Qué particularidad tienen tus encuentros a solas? ¿En qué se distinguen de los momentos con tu novio? ¿Cómo podrían lograr que la relación cumpla con esas particularidades que necesitas? Estas son cuestiones cuyas respuestas pudieran orientarte a revertir tu situación.
Te condenas a perpetuar la insatisfacción si prefieres fingir placer antes de intentar obtenerlo verdaderamente. Pudiera ser más fácil tu plenitud erótica si cuentas con él.
La falta de orgasmo no es tu principal problema, sino la relación con ese otro ser que eliges como pareja. No eres anorgásmica, porque llegas al clímax. El problema es cuando ello depende de una relación de dos. Tu intención de mantener en secreto tu insatisfacción es otra señal de tu dificultad para entregarte y compartir con esa otra persona la intimidad en su sentido más amplio.
Tal vez estás dispuesta a sacrificar tu placer para vivir en pareja, pero no es necesario. Compartir puede ser gratificante en sí mismo. Pero se comparten también las dificultades y la búsqueda de soluciones.
Afortunadamente, esto tiene remedio. Auxíliate de un psicólogo(a) si te es muy difícil. Se aprende a amar y a vivir en pareja. Aún eres joven; pero si te lo propones, podrás disfrutar del amor mucho más de lo que sueñas, aunque nunca por arte de magia.