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Transporte sostenible y salud sexual

Desde hace dos años, Naciones Unidas declaró el 26 de noviembre como Día Mundial para el Transporte sostenible, con el fin de promover la movilidad de la población de manera segura, asequible, eficiente y respetuosa del medio ambiente

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

La vida es como montar en bicicleta: para mantener el equilibrio debes seguir adelante.

Albert Einstein

Desde hace dos años, Naciones Unidas declaró el 26 de noviembre como Día Mundial para el Transporte sostenible, con el fin de promover la movilidad de la población de manera segura, asequible, eficiente y respetuosa del medio ambiente.

Con ese afán se posicionan métodos más naturales y saludables de traslado, como andar a pie, en patines o patinetas, y vehículos eléctricos, que implican menos emisiones de carbono y menos recursos para su fabricación, pensando también en el bienestar de las generaciones futuras.

Uno de los medios más comunes y favoritos a cualquier edad es la bicicleta, aliada cotidiana para moverse de manera rápida y económica, herramienta para hacer ejercicios, vía de escape del estrés y compañera de aventuras, con beneficios indiscutibles para la salud, incluida la sexual.

Aunque el tema no suele ocupar titulares, especialistas en urología, ginecología y medicina deportiva coinciden en que el ciclismo tiene una doble cara: si bien potencia el deseo y la respuesta sexual, también puede causar molestias cuando no se cuida la postura, el equi-
pamiento y el tiempo de uso.

El sexo como práctica es un proceso profundamente vascular, y la bicicleta, como buen ejercicio aeróbico, mejora la salud del corazón y de los vasos sanguíneos, lo cual se traduce en mayor capacidad cardiovascular, clave para erecciones más firmes y orgasmos más intensos en ambos sexos. Además, con un mejor flujo sanguíneo hacia la pelvis se facilita la lubricación y aumenta la sensibilidad genital.

Pedalear fortalece asimismo los músculos largos y aumenta la resistencia física, lo cual ayuda a sostener la actividad
sexual con menos fatiga. A la par, reduce el estrés asociado al sedentarismo, de lo que más desgano suele provocar.

A nivel sicológico, quienes practican ciclismo regularmente reportan mayor satisfacción corporal, autoestima más alta y una sensación de logro personal, todo lo cual contribuye a una vida sexual más plena.

La mayor preocupación de quienes montan bici a diario está relacionada con el perineo, la zona situada entre los genitales y el ano, por donde pasan nervios y vasos que influyen en la sensibilidad sexual.

Pero el mito asociado a daños irreversibles en la próstata o las estructuras del suelo pélvico es infundado, en tanto no los provoca el acto de pedalear, sino el uso inadecuado del sillín, sobre todo si es muy estrecho, duro o mal ajustado.

Una presión excesiva sobre el nervio pudendo, responsable de la sensibilidad del pene, puede provocar adorme-
cimiento genital, hormigueo o sensación de corrientazo, y en casos poco frecuentes, dificultades eréctiles pasajeras.

En las mujeres, la práctica
inadecuada puede causar irritación en la vulva por roce de la ropa o retención de humedad, disminución temporal de la sensibilidad en labios o el clítoris y microtraumas en los labios menores, sobre todo en ciclismo de montaña o rutas muy técnicas.

Tales riesgos se pueden evitar con un uso adecuado del equipo, que debe ser personalizado según tus medidas anatómicas, y cuidando de no pasar demasiado tiempo sobre el sillín, aun cuando sea el más adecuado.

Estudios de varias universidades en el mundo demuestran que no hay más riesgo para la salud sexual en montar bici que en viajar sentados en autos u ómnibus las mismas distancias, y siempre es mucho menor que el de pasar horas en un trabajo sedentario de oficina u otro que implique mover pesos sin la adecuada tecnología.

Otro mito a considerar es el referido a los «cuadros de macho», o bicicletas de barra alta como causantes de problemas para los genitales. En realidad, no se trata del modelo, sino del tamaño del equipo, que debe ser adecuado para que bajemos los pies al suelo con comodidad al parar.   

Nuestra sexualidad puede verse afectada solo cuando ignoramos las señales del cuerpo, cualquiera que sea el vehículo empleado. Con los ajustes necesarios, los beneficios de la bicicleta superan ampliamente los riesgos y la felicidad que proporciona su uso es equivalente a una buena meditación.

Al final, el mejor camino es aquel en el que el cuerpo avanza… y disfruta a la par de tu mente y tu espíritu.

Señales que requieren atención médica

Adormecimiento que dura más de una hora después de bajarse de la bicicleta.

Dolor persistente en la zona perineal.

Irritación genital recurrente en mujeres.

Problemas de erección o disminución notable de la sensibilidad que no estaban presentes antes.

Un seguimiento en consultas de Urología, Ginecología o Fisioterapia de piso pélvico suele resolver estos problemas y evita que se vuelvan crónicos.

 

Claves para pedalear sin renunciar al placer

  1. Elige el sillín adecuado. Opta por modelos con apertura central, que reducen la presión sobre el perineo; con el ancho adecuado a tu anatomía pélvica y flexibles.
  2. Revisa los ajustes: la altura del asiento debe permitirte estirar la pierna casi por completo sin sobrextenderla, y el manillar no debe estar tan bajo que te obligue a inclinarte demasiado, porque eso aumenta la presión en la zona genital.
  3. Cuida la postura. Mantén tu abdomen activo, alterna los glúteos en el apoyo y levántate en biela con frecuencia para ayudar a descomprimir el área pélvica. 
  4. Usa ropa adecuada. Evita prendas demasiado ajustadas que incrementen la fricción y elige ropa interior acolchada, sin costuras y transpirable.
  5. Haz pausas inteligentes. En tramos largos, te conviene parar un minuto cada media hora, y ante cualquier dolor o adormecimiento detente y revisa cuál puede ser la causa.

 

DE LAS REDES

 

De las hermosas reflexiones asertivas que comparte el profe Alain Ávila en las redes de Senti2Cuba, hoy les traigo una a propósito de relaciones maduras, que es todo lo contrario a relaciones dependientes o violentas.

El amor adulto no se busca. No se encuentra. No lo compras. No se conquista. El amor adulto crece y se expande entre dos corazones presentes y disponibles.

Ahí se da un aconte-
cimiento mágico: dos personas disponibles no se encuentran por necesidad. No vienen a cubrir ninguna vacante. No sustituyen a nadie. No ocupan el lugar de alguien que estuvo antes.

Dos almas disponibles se miran respetuosamente y se dicen: «Tú contigo y luego conmigo. Yo conmigo y luego contigo».    

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