Comienza alrededor de los 40-50 años, cuando los ovarios reducen gradualmente la producción de estrógenos, y puede extenderse desde meses hasta años, con síntomas que varían según cada mujer
La perimenopausia es la transición natural del cuerpo femenino hacia una menor producción de estrógeno por el envejecimiento de los ovarios.
Este proceso inicia en la quinta década de vida y puede durar desde unos pocos meses hasta varios años. Su intensidad depende tanto de la fisiología y el estado general de salud de la mujer como de sus emociones, conocimientos y tabúes asociados al tema.
Se habla de premenopausia cuando empieza a disminuir la reserva ovárica, y de perimenopausia como etapa más concreta y cercana a la última menstruación, y hasta un año después, cuando se puede confirmar la menopausia y con ella el cese de la etapa reproductiva.
A las irregularidades de los ciclos menstruales en este tiempo se pueden sumar otros síntomas, como sofocos, insomnio, sequedad vaginal, irritabilidad y picores en la zona íntima (que pueden afectar el deseo y desempeño sexual), hinchazón abdominal, dolor en los senos, cefaleas… y a nivel emocional pueden aparecer momentos de tristeza, depresión, angustia e irritabilidad.
La reducción del estradiol es la principal causa de estas incordias, que algunas mujeres mantendrán por algún tiempo después de dejar de menstruar, a menos que cambien su estilo de vida y adopten una dieta más equilibrada.
Es importante recordar que mientras no se confirme la menopausia hay probabilidad de embarazarse, aun cuando disminuya la reserva ovárica y la calidad de los óvulos. Por ende, se recomienda mantener el uso de anticonceptivos, y en especial de condones si las relaciones son esporádicas.
SALUD EN TU JARDÍN
Cuando esos malestares son excesivos se recomiendan terapias de remplazo hormonal (TRH), pero también hay remedios caseros, que van desde cambios en la actividad física hasta el consumo de productos de la medicina natural tradicional.
En ese caso están la raíz de ginseng (Panax sp.), la corteza de pino (Pinus pinaster), la raíz de dong quai (Angelica sinensis), la pasiflora, la raíz de valeriana y la cimicífuga o cohosh negro (Actaea racemosa), que pueden formularse como tés, cremas, cápsulas y otras presentaciones.
Numerosas investigaciones demuestran que estos fármacos contienen hormonas vegetales y unas sustancias químicas orgánicas llamadas flavonoides, que contribuyen a mejorar la calidad del sueño y el estado general durante el climaterio, y, por tanto, a controlar los sudores nocturnos y sofocos.
También se recomienda incluir más productos a base de soya o soja (Glycine max) en la dieta, porque contiene isoflavonas, estrógeno vegetal que compensa la reducción de esa hormona en la mediana edad.
Otro aporte a tener en cuenta es la vitamina D, esencial para ralentizar la osteoporosis (pérdida de masa ósea) causada por la disminución estrogénica, para lo cual también se emplean cremas o suplementos de ñame silvestre (Dioscorea villosa).
Por supuesto, antes de probar cualquier remedio debe tenerse en cuenta su posible interacción con otros tratamientos, o su influencia en cualquier condición de salud.
ACÉPTATE Y RENACE
Cuando hablamos de cambios en la dieta nos referimos a un adecuado aporte de fibra, comidas bajas en grasas, alimentos antioxidantes y ricos en vitaminas C y B, además de potasio, magnesio, hierro y calcio. Entre ellos se destacan las frutas, el pescado, los huevos, nueces, lácteos, brócoli y espinacas.
A esto se suma una mayor actividad física y aprender los ejercicios conocidos como de Kegel (las bandas del yoga) para fortalecer el suelo pélvico, lo cual favorece la actividad erótica y evita pérdidas de orina al estornudar, toser, reír o correr.
En especial son muy útiles por su integralidad las prácticas de taishi o yoga, porque mejoran la concentración mental, elevan la autoestima y ayudan a eliminar el insomnio, las molestias vaginales, los calambres o dolores articulares y los estresantes cambios de humor.
Una rutina saludable semanal, desarrollada en grupos o de manera individual en casa, debe incorporar ejercicios y posturas, meditaciones, técnicas de respiración (pranayamas), tips de armonía ambiental, alimentación sana y responsable y otros recursos que esas milenarias disciplinas ofrecen a la gente moderna para ayudarle a conseguir mejor salud, alegría y aceptación de todos los procesos naturales de la vida.