La Inteligencia Emocional es una habilidad que nos ayuda a comprender nuestras emociones, a observarlas mientras se transforman en sentimientos y a regular su efecto en la conducta y el modo de expresarnos como seres complejos y en permanente transformación. Para entrenarla necesitas conocer sus componentes además de tener una buena dosis de madurez y voluntad
Vida no es lo que te sucede, es lo que decides hacer con esa experiencia.
Epicteto (filósofo grecorromano).
Cada vez más, en el mundo de las relaciones sociales, el conocimiento sobre inteligencia emocional (IE) ayuda a predecir si una persona encajará en un entorno laboral u hogareño como elemento nutritivo o tóxico. A partir de ahí se ha de tomar una decisión: ¿es entrenable, o es mejor dejarlo ir?
La IE es una habilidad que nos ayuda a comprender nuestras emociones, a observarlas mientras se transforman en sentimientos y a regular su efecto en la conducta y el modo de expresarnos como seres complejos y en permanente transformación.
Para entrenarla necesitas conocer sus componentes además de tener una buena dosis de madurez y voluntad.
La emoción es una respuesta fisiológica primitiva, espontánea, inconsciente, natural y de corto efecto, una reacción a un estímulo. No puedes evitarla, solo observarla, y si tu IE es adecuada, decidir el camino para convertirla en sentimiento.
Ira o Enojo, Tristeza, Miedo, Alegría, Asco
El sentimiento es la representación mental de una emoción o mezcla de ellas; la manera en que procesamos interiormente cada vivencia; una secuela de esa primera reacción natural. Suelen ser estables, conscientes, recurrentes, y pueden educarse en un contexto cultural específico.
Son más subjetivos que las emociones, porque dependen de tus valores y conocimientos, tus esquemas mentales y hasta la fuente del estímulo (no provoca lo mismo una persona extraña que tu pareja o un familiar).
Se reconocen al menos dos docenas de sentimientos, algunos muy cercanos entre sí; otros contrapuestos.
Amor y admiración
Odio y Rencor
Envidia y Celos
Esperanza y Optimismo
Impaciencia e Indignación
Gratitud y Lealtad
Culpa y Angustia
Desesperación y Frustración
Para entrenar tu inteligencia emocional debes desarrollar varios recursos de la personalidad de manera consciente y sistemática. Esas serán tus herramientas para observar lo que te emociona y controlar el modo en que respondes a ello, e incluso influir en la respuesta emocional de los demás. Entre ellos destacan:
Asertividad
Resiliencia
Autoestima
Autoconocimiento
Conciencia social
Empatía
Autocontrol