Todos los días me pregunto en qué fallé. Aunque tener un hijo lleva mucho sacrificio y la intimidad carecía de privacidad; nunca dejé de atenderlo lo mejor que podía
L.C.: Hace casi tres meses, me separé del papá de mi preciosa hija de un año porque me estaba siendo infiel. Ha sido muy difícil para mí. Fui yo quien decidió y él no hizo mucho por quedarse. Todos los días me pregunto en qué fallé. Aunque tener un hijo lleva mucho sacrificio y la intimidad carecía de privacidad; nunca dejé de atenderlo lo mejor que podía. Sentía que le gustaba nuestra manera de hacer el amor. Hoy no hablamos y pasan hasta siete días sin que sepa de la niña. Yo analizo la situación y no comprendo. Hoy él duerme tan solo como yo y cada día se pierde todo lo nuevo que hace la niña. ¿Cómo puede vivir con eso? Tengo 29 años.
No son pocas las parejas en crisis durante el primer año de sus hijos. Cada cual asume su manera de sortear los obstáculos de este período según sus posibilidades, no sin consecuencias.
Este nacimiento tan esperado, motivo de tanta felicidad; exige tantos cambios a la pareja que puede desbordarla. Pasar de amantes a padres implica postergar satisfacciones propias para apoyar el proyecto familiar, no sin fatigas. Suele resultar muy difícil tejer un nuevo lazo entre lo erótico y lo parental. El padre está retado a volver a encontrar la amante en la nueva madre y puede resultarle problemático tomar su lugar en ese vínculo estrecho entre ella y su bebé. Cuando hay abuelos presentes, puede dificultarse asumir el rol paternal si aquellos ya tienen mucho protagonismo por su jerarquía familiar histórica.
Este momento crítico es también una oportunidad para reinventar el curso de tu vida como una mujer, cuya feliz maternidad no borra su feminidad, su capacidad de desear, soñar y amar. Puedes consultar un sicólogo hasta encontrar un mejor modo de afrontar esta coyuntura. No precipites conclusiones demasiado caricaturescas. Habrá que analizar otros elementos hasta comprender qué más pudo y puede suceder entre ustedes. La «infidelidad» no lo explica todo.