El proyecto Faros, de la Universidad de Holguín, refuerza las capacidades de varias instituciones para enlazarse en cadenas de eficiencia productiva
HOLGUÍN.— Para guiar u orientar, como sus «parientes» de zonas costeras estratégicas, fueron creados tres observatorios académicos de la Universidad de Holguín (UHo) cuya luminosidad del conocimiento se concibió al calor del avance del gobierno electrónico en el país.
En las vertientes Agraria, Turística y de Energías Renovables se concentran estos tres instrumentos del proyecto Faros (Fortalecimiento Académico de una Red de Observatorios Multisectorial), auspiciado por la Biblioteca Académica de la UHo y sustentado en la materialización de análisis entre directivos, investigadores y trabajadores acerca de cómo respaldar la gestión de sectores estratégicos nacionales, teniendo en cuenta tanto a instituciones y empresas estatales como a emprendedores privados.
Así lo describe el líder del proyecto, Doctor Carlos Batista, director de Información Científico Técnica del centro, quien recalca que los servicios de dicha iniciativa se enmarcan principalmente en la vigilancia tecnológica, la diseminación general y selectiva de información, la visibilización de investigaciones y publicaciones y la incubación de proyectos de colaboración académica e investigación en materia de prestaciones científico-técnicas.
En Faros, la aspiración se deja llevar por la consistencia y no por destellos intermitentes. El Doctor Batista detalla que inicialmente se trabajó el sector de Energías Renovables y luego se sumaron los otros dos desde febrero último, fruto de muchas ideas, algunas planteadas desde el Consejo de Estado. «Primero distribuimos boletines en las distintas facultades, pero apreciamos que los intereses sobrepasaban hechos e intenciones, y a partir de conversaciones con entidades y medios de difusión vimos un potencial de mayor alcance vinculado a otras cadenas productivas, pues muchas empresas a veces no saben cómo acceder a proyectos universitarios y las universidades tampoco encuentran vías de comunicación para conectarse al sector productivo», ejemplifica.
La Inteligencia Competitiva, combinación de términos que solo de leerla se piensa en alta modalidad de investigación, ha provisto a la UHo de otro recurso en pro de su funcionamiento. A la máster Nelvis Reyes, quien encabeza el Centro de Inteligencia Competitiva de la Biblioteca Académica, dicho tipo de gestión la favorece en la conducción del observatorio de Energías Renovables: «El equipo de trabajo está formado por seis especialistas de la biblioteca, egresados de la carrera de Ciencias de la Información. Divulgar y visualizar información académica es nuestro principal empeño.
Nelvis Reyes.Foto:Nelson Rodríguez Roque.
«La universidad dispone de varias investigaciones sobre Energías Renovables, hasta una tesis doctoral que examina variables de deterioro del equipamiento del parque eólico del municipio de Gibara. La pretensión de Faros es difundir ese tipo de ejemplos, tanto de Cuba como del mundo. Estamos gestionando información con Cubasolar y abundando en datos acerca de la generación eólica. Desde el Ministerio de Energía y Minas ya nos citan en sus redes y comparten publicaciones surgidas acá», comparte gustosa.
Una joven ingeniera industrial se animó, en medio de la dureza derivada de la pandemia de COVID-19, a concretar iniciativas similares en la rama turística, una de las más afectadas global y localmente.
Yaneisi Gutiérrez identificó al departamento de Turismo de la UHo como aliado para la labor del observatorio que asumió como máxima responsable: «Buscamos la forma de enlazarnos al Ministerio de Turismo, poniéndonos al tanto de su accionar y citando sus contenidos. Aquí la temática turística posee proyectos conectados a la Licenciatura en Cultura Física y además se desarrolla un doctorado.
Yaneisi Gutiérrez.Foto:Nelson Rodríguez Roque.
«Empleamos indicadores mundiales de esta industria, y frente al escenario de hoy nos hemos enfocado en revertir el temor al nuevo coronavirus en el futuro, a partir de mantener las normas y protocolos sanitarios ante una reanimación de la actividad que monitoreamos.
«Vamos por tres números de un boletín especializado, en los que predominan, lógicamente, los eventos online. Queremos ganar en interacción y superar el ámbito académico», detalla.
El Doctor Batista precisa: «Estos observatorios los comenzamos mediante las redes sociales, en las cuales las cifras de seguidores crecen considerablemente. A su vez, se fue gestando la página web que próximamente entrará en funcionamiento, asociada a contactos y exposición de resultados, y además se le añadirán más boletines digitales.
«Expandirnos hacia otros sectores dependerá de la política del Ministerio de Educación Superior en cuanto a la designación de estos instrumentos a las universidades, de acuerdo con sus potencialidades. Nos interesaría sumar uno de minería, por la ubicación en la provincia de yacimientos y fábricas de níquel», añade el Director de Información Científico Técnica de la UHo.
Otra motivación profesional le reporta a la licenciada en Ciencias de la Información Lourdes Campins guiar el observatorio Agrario. Intencionadamente, ella y jóvenes contemporáneos suyos, especialistas de la biblioteca de la sede universitaria José de la Luz y Caballero, se han integrado a un asunto cada vez más pertinente en la nación.
Lourdes Campins.Foto:Nelson Rodríguez Roque.
Campins indica como fortaleza que la carrera de Agronomía se imparte en esa sede y organizan, junto a su facultad de Ciencias Naturales y Agrícolas, la visualización de proyectos e investigaciones. Además observan su banco de problemas: «En función de esto orientamos la vigilancia y respondemos a necesidades informativas. Perfilamos apoyo hacia la comunidad universitaria, auxiliándola en estudios y búsquedas especializadas, y visibilizamos temáticas novedosas y buenas prácticas, como la agricultura inteligente, caracterizada por su elevada automatización y productividad, y disminución de costos.
«En las redes sociales no perdemos de vista a instituciones agrícolas, aunque la interacción todavía es insuficiente. Todo lo que contribuye a las dinámicas agropecuarias nos es útil; ahora, por ejemplo, recopilamos información acerca del Centro de Desarrollo de la Maquinaria Agrícola, cuyo impacto es palpable en el diseño de equipos e investigaciones».
Aunque este proyecto es de reciente implementación, como reconoce Carlos Batista, los estudiantes van mostrando interés en colaborar. En futuras fases tendrían conexión con expertos y cadenas productivas, recurriendo a facilidades tecnológicas. «Estamos siempre identificando temas propensos a vigilancia tecnológica, y a los alumnos que se sumen se les ofrecerían canales, en función de sus aportes científicos y prácticos».
Carlos Batista.Foto:Nelson Rodríguez Roque.
Los observatorios constituyen espacios en los que cadenas productivas estatales o privadas se hacen acompañar por universidades. Muchas casas de altos estudios del orbe los priorizan, en aras de robustecer sus capacidades y ascender en la competitividad con sus similares, «realizando estudios bibliométricos, de tendencias, de noticias previas o de actualidad y vigilancia tecnológica sobre temáticas de interés para investigadores, instituciones y proyectos, así como desde el propio desarrollo evolutivo de cada sector», subraya.
Faros está también a la espera de solicitudes como la de un campesino granmense, que pidió le suministraran información sobre biofertilizantes, demandas que pronto aumentarán porque ya la UHo se «alumbró», y está lista para alumbrar a la sociedad cubana.