Las tecnologías de la información y la comunicación avanzan por nuevos derroteros luego de verse sacudidas por una inesperada pandemia
Internet de los comportamientos, nube distribuida, automatización de procesos robóticos y asistentes digitales más inteligentes se encuentran entre las principales tendencias tecnológicas del año que recién inicia, de acuerdo con varias consultoras tecnológicas.
En un planeta todavía golpeado por la COVID-19, la digitalización de los procesos es una necesidad perentoria. Aun cuando las vacunas provean de inmunidad ante el SARS-CoV-2, lo vivido en 2020 aceleró cambios en cómo interactuamos con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Así, 2021 se perfila como un año en el que se «adelantarán» procesos en busca de tres características: eficiencia, experiencia de usuario y sostenibilidad. Repasemos entonces los caminos que se perfilan para las TIC.
Desde hace un lustro se habla con fuerza de la Internet de las cosas. Se trata, grosso modo, de conectar todo tipo de equipos a la red de redes para que cumplan con diversas funciones y mediante el análisis de datos, se utilicen de manera más eficiente.
Ahora estaríamos ante una evolución de este concepto, llamado Internet de los comportamientos (IoB, por sus siglas en inglés). De acuerdo con la consultora Gartner, a medida que muchas tecnologías capturan y utilizan los datos que generan las personas en su vida cotidiana, estos pueden ser también empleados para influir en el comportamiento humano.
Las soluciones de reconocimiento facial, seguimiento de la ubicación, big data, herramientas que conectan los datos que generan determinados comportamientos como las compras o el uso de dispositivos, las que permiten supervisar los protocolos de salud durante la pandemia, etc., generan datos que pueden revertirse en nuevas formas de interacción con las personas.
Como ejemplo argumentan que si un conductor siempre cumple con las normas en la vía, este buen comportamiento podría verse premiado con una rebaja en su seguro vehicular. En pocas palabras, el Internet de los comportamientos estimularía el reconocimiento de los modos de hacer correctos.
En Gartner creen que a finales de 2025 más de la mitad de la población mundial estará sujeta al menos a un programa de IoB, ya sea comercial o gubernamental. El dilema estriba en cómo encajan todas las posibles aplicaciones de estas tecnologías desde el punto de vista social y ético. Y es que, para saber lo que hacemos, debemos estar monitoreados. ¿Dónde queda nuestra privacidad?
Los asistentes digitales de voz, como Siri, Cortana o Alexa, son comunes ya en el mundo desarrollado. Sus usuarios los emplean tanto para ejecutar acciones en casa (apagar o encender luces, abrir el garaje...), como para navegar por la red de redes.
No obstante, la empresa de alta tecnología Trycore vaticina que 2021 será un año para que estos asistentes pasen a ser también acompañantes de los humanos, una necesidad que se mostró con toda su crudeza en medio del aislamiento social de 2020.
En 2021 se buscará la creación de nuevas formas de combinar e interactuar servicios y equipos de software con enfoques modernos para organizar procesos como, por ejemplo, servicios bancarios que utilicen exclusivamente la voz, asegura Trycore.
La empresa agrega que si los fabricantes logran desarrollar interfaces de usuario de voz con capacidades avanzadas de reconocimiento y transferencia de emociones, las empresas podrán utilizarlas para aumentar la satisfacción del cliente. Al mismo tiempo los sistemas neuronales de reproducción del habla y de texto permitirán determinar si quien habla es una persona o un programa entrenado para imitar las emociones humanas.
Considera Trycore que los asistentes de voz se volverán más emocionales y aprenderán, por ejemplo, a identificar la decepción en las respuestas de los usuarios, con quienes tratarán de establecer empatía.
La computación en la nube ha probado ser un buen recurso para el trabajo. No obstante, todavía enfrenta problemas de disponibilidad y alta latencia, pues el acceso a los sistemas requiere de prestaciones que no solo están relacionadas con el ancho de banda.
Es así que ya comienza a hablarse de una nube distribuida o edge computing. Brian Burke, vicepresidente de Investigación de Gartner, considera que «la nube distribuida puede sustituir a la privada y proporciona entornos cloud en el edge y otros nuevos casos de uso para la computación con el modelo de nube. Representa el futuro de la informática en la nube», de acuerdo con declaraciones publicadas en CIO México.
¿Qué significa concretamente este concepto de nube distribuida? En palabras de Burke, supone la distribución de los servicios públicos de nube a diferentes lugares físicos, mientras que el funcionamiento, el gobierno y la evolución de dichos servicios siguen siendo responsabilidad del proveedor de nube pública.
La computación en el edge, indica Gartner, se sustenta sobre el despliegue de pequeños centros de datos en localizaciones próximas a los servicios propiamente dichos. Se reduce la latencia, se optimiza el ancho de banda y los procesos exigentes como los que necesitan tiempo real o casi tiempo real tienen más visos de cumplir con las especificaciones que se diseñen para cada servicio dado.
El concepto de anywhere operations (operaciones desde cualquier lugar), está diseñado para dar soporte a los clientes en cualquier sitio y permitir a los empleados el acceso a los recursos corporativos desde el lugar donde se encuentren.
Supone un paso más allá del teletrabajo y la atención remota al cliente, pues contempla experiencias de valor añadido en materia de colaboración y productividad, acceso remoto seguro, infraestructura en la nube y en el edge, cuantificación de la experiencia digital y automatización para apoyar las operaciones remotas.
Muchas aplicaciones se convirtieron en cotidianas de la noche a la mañana con la expansión de la pandemia, especialmente en los entornos laborales y educativos. Si bien es este un factor positivo y novedoso en cuanto a las formas de hacer, hay un elemento importantísimo que no se puede descuidar: la ciberseguridad. El avance de las TIC requiere también de protección en todos los sentidos.
Es por eso que Gartner y otras consultoras se refieren ahora a la necesidad de avanzar en el concepto de malla de ciberseguridad. Se trata de un enfoque arquitectónico distribuido para un control de ciberseguridad escalable, flexible y confiable.
Gartner explica que ahora existen muchos activos fuera del perímetro de seguridad tradicional. La malla de ciberseguridad permite que el perímetro de seguridad se defina alrededor de la identidad de una persona o cosa. En esencia, lo que busca es brindar al usuario un entorno seguro para el acceso a datos desde cualquier lugar.
Las estimaciones indican que para 2023 el 40 por ciento de los servicios emplearán una malla de ciberseguridad para la protección de sus clientes o usuarios, en el caso de las empresas.
Asimismo, para este año se espera una mayor maduración de tecnologías de inteligencia artificial. Las consultoras coinciden en que es momento de pasar de la fase de experimentación a una más ingenieril. También se espera una mayor adopción de la tecnología 5G, no solo para aumentar el ancho de banda, sino para incorporar nuevos modos de operar con infraestructuras críticas como la energía, la medicina y el transporte.
Cuba, por supuesto, no está ajena a nada de esto. Lo logrado en 2020 en cuanto a informatización indica que en 2021 debemos encaminarnos a consolidar y perfeccionar procesos que nos hagan la vida más fácil en medio de entornos seguros y sostenibles.