Expertos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, identificaron 38 variantes somáticas asociadas con una edad más temprana en el inicio de las relaciones íntimas entre parejas
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, demostró recientemente en las páginas de la revista Nature Genetics, que determinadas variantes genéticas relacionadas con la madurez de la personalidad y el desarrollo cerebral se suman a los amigos, la escuela, la familia y la pareja, para influir en la edad de inicio de las relaciones sexuales.
El equipo dirigido por el británico John Perry analizó la información de casi 400 000 individuos, cuyos datos personales y genómicos están incluidos en diversas bases de datos británicas, islandeses y estadounidenses, reseñó El Mundo.
El primer análisis genómico con la base de datos británica permitió identificar 38 variantes genéticas asociadas con una edad más temprana en el inicio de las relaciones sexuales. Muchas de ellas ya se habían asociado con anterioridad con otros rasgos reproductivos, como la edad a la que se tuvo la primera menstruación, el primer embarazo o el número de hijos; pero también con ciertos rasgos del carácter, como tener un temperamento irritable o una personalidad más propensa al riesgo.
El doctor Ignacio Blanco, vicepresidente de la Asociación Española de Genética Humana, explicó que estas variantes genéticas descubiertas no permiten establecer una relación de causalidad, pero sí una predisposición.
A su juicio, se trata de un estudio «muy serio», y aunque este tipo de trabajos no da respuestas a individuos concretos, sí habrá que tener en cuenta sus resultados en el futuro, a la hora de planificar las actividades sanitarias de educación sexual.
«Hasta ahora en la edad precoz de las relaciones sexuales solo se tenían en cuenta factores socioeconómicos o educativos, pero quizá en el futuro se pueda clasificar a los individuos de riesgo, también en función de su perfil genético».