Cada día el organismo está expuesto a millones de partículas que llegan a través del aire, y van pasando por diferentes niveles de protección a lo largo del llamado tracto respiratorio. Cuando una persona respira, las partículas suspendidas entran a la nariz, pero no todas llegan a los pulmones.
Esta es una de las causas más frecuentes de alergias en todo el mundo. El polvo que encontramos en el interior de las viviendas es, en gran medida, generado por el ser humano, especialmente por el desprendimiento de las células de la piel.
También existe un alto porcentaje de polvo atmosférico en el exterior que se puede colar por las ventanas al interior de nuestras casas.
Para evitar las molestias por este desencadenante de alergias son válidas algunas medidas, como reemplazar las persianas de tablillas y las cortinas de tela con persianas enrollables.
Evite dormir o acostarse sobre cojines y muebles que estén cubiertos de tela. Lave semanalmente la ropa de cama y las almohadas.
Además, es aconsejable mantener seco el aire de las áreas interiores, pues los ácaros proliferan en ambientes húmedos. Limpie el polvo de la casa con un paño húmedo y lleve puesta una máscara al hacerlo.
Los especialistas también advierten que las personas alérgicas no deben fumar o frecuentar lugares donde se concentre humo de tabaco.
Deben evitar los cambios bruscos de temperatura y, en épocas de epidemia de gripe o catarro, procurar no permanecer mucho tiempo en lugares cerrados donde haya mucha gente.
Los olores fuertes de algunos productos también pueden originar alergia. Si usted es alérgico, tenga cuidado con alimentos como salsas picantes y vinagre, así como con perfumes, lacas, desodorantes, acetona, alcohol, y productos de limpieza para el hogar, entre otros.
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