Este ensayo demuestra que el gusto tiene un impacto en las funciones del cerebro asociadas con el deseo
Un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos en 49 hombres dio como resultado que el sabor de la cerveza es el detonante para que el cerebro libere la sustancia química «de la recompensa», también conocida como dopamina.
Las reacciones provocadas por este químico inducen al individuo a consumir más y más. Según la BBC un aspecto de la investigación —publicada en la revista Neuropsichopharmacology— que los expertos analizaron cómo el efecto del gusto de la cerveza es mayor en las personas con un historial familiar de alcoholismo.
El estudio consistió en escanear a un grupo de hombres, mientras que con un atomizador se les rociaba en la boca pequeñas cantidades de bebidas.
Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana compararon los efectos que producía a los participantes cuando se les rociaba en la boca agua o bien bebidas energéticas o su cerveza favorita.
A cada uno se le suministró 15 mililitros (ml) del fluido en un período de 15 minutos. Esto sería como repartir un vaso de cerveza entre 38 personas, por lo que —según los científicos— el alcohol no tendría efectos en el cuerpo.
Los resultados mostraron que el cerebro liberaba más dopamina después de la cerveza y que los hombres eran más propensos a decir que tenían ganas de tomar una bebida alcohólica.
A pesar de estar bien hecho, y ser una primera demostración en seres humanos de los efectos del sabor de la cerveza en el cerebro, no son particularmente sorprendentes, pues ya hace tiempo los eventos condicionados con el consumo de drogas vienen con un incremento de la dopamina.
Aún así este ensayo demuestra que el gusto tiene un impacto en las funciones del cerebro asociadas con el deseo. De ahí que no sea sorprendente que, si el gusto aumenta el deseo, debe tener un impacto en el cerebro.
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