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¡Sí, miramos hacia arriba!

La primera de las novedosas instalaciones científicas que permite que la Mayor de las Antillas se inserte en la defensa planetaria, ya está en funcionamiento como resultado de la colaboración entre el Instituto de Geofísica y Astronomía de Cuba y entidades homólogas pertenecientes a la Academia de Ciencias de Rusia

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Un telescopio catadióptrico de 20 centímetros de diámetro y 60 de distancia focal, totalmente automatizado y con la potencia de obtener imágenes digitales de 4096 por 4096 píxeles; modernas computadoras que permiten procesar esas imágenes, una cámara refrigerada que disminuye el ruido térmico…

También un carrusel de filtro que trabaja en siete bandas, con el que se pueden realizar estudios de medición del brillo de estrellas o asteroides; un sistema de posicionamiento por satélite; una estación meteorológica asociada y una cúpula que permite la rotación de 360 grados, entre otros elementos, conforman el observatorio astronómico recién inaugurado en los terrenos del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA) de Cuba.

Resultado de la colaboración entre este centro y los institutos de Astronomía Aplicada de San Petersburgo y de Astronomía, ambos de la Academia de Ciencias de Rusia, esta es la primera de novedosas instalaciones científicas de las que dispondrá Cuba para investigar, recoger y analizar los fenómenos celestes, rastrear la basura espacial y fortalecer nuestro sistema de vigilancia en el espacio exterior.

Contaremos entonces con una base de datos propia de observaciones astronómicas y, sin dudas, se fortalecerá la investigación, capacitación y divulgación científicas en lo relacionado con la astronomía, la astrofísica, la geodesia y las ciencias espaciales, entre otras disciplinas.

Conversar con Omar Pons (OP), vicedirector del IGA, y Francisco González (FG) y Antonio Alonso (AA), especialistas de la entidad, permitió revelar los antecedentes y potencialidades de este observatorio, sus limitaciones y sus perspectivas.

OP: —Los antecedentes se registran en 2016, durante las sesiones de la Comisión Intergubernamental para la Ciencia Rusia-Cuba, cuando se habló de la posibilidad de montar un telescopio para trabajar en red con la Federación Rusa, con el propósito de poder observar un objeto desde distintos puntos geográficos y en diferentes husos horarios.

«Además se quiere establecer una estación geodinámica colocalizada con la implementación de tres sistemas de medición y renovar la estación radioastronómica habanera, cuyo objetivo es la vigilancia del Sol, e integrarla a la red existente del monitoreo de la actividad solar».

AA: —Este es un primer paso, muy importante, que pone a Cuba a prueba en esta actividad. Sin embargo, la ubicación de este observatorio no es la ideal, por la altura y las luces de la ciudad, entre otros elementos.

«Se escogió Valle de Picadura, en Madruga, en la provincia de Mayabeque, a partir de una serie de requisitos que esa zona cumple, y se asignaron 96 hectáreas para la construcción del observatorio y la nueva estación radioastronómica.

«Es un lugar relativamente cerca del IGA, que además tiene mayor altura sobre el nivel del mar, un cielo bastante oscuro y requisitos climáticos en general más favorables. Se instalará allí un telescopio de un metro de diámetro y, por supuesto, las observaciones serán más eficientes. Incluso cuando este telescopio se traslade hacia allá, será mejor la visibilidad, porque en estos momentos la tenemos hasta un 60 por ciento».

FG: —Con este observatorio puede realizarse la búsqueda y el monitoreo de asteroides y de objetos cercanos a la Tierra, los llamados NEO (Near Earth Object, por sus siglas en inglés). La humanidad ha adquirido conciencia del peligro que representan para el planeta. Recordemos los sucesos de Tunguska y Cheliábinsk, y en nuestro país recientemente, en Viñales. Un choque puede ocurrir, aunque sean pocas las probabilidades.

«Asteroides con un kilómetro de diámetro tienen elevadas capacidades de exterminio y los menores, con 50 metros de diámetro, pueden ocasionar destrucciones locales. Objetos pequeños, como el que impactó en Viñales, aunque se desintegren en la atmosfera, dan lugar a ondas de choque y otros fenómenos preocupantes. Con esta tecnología, es la manera que tiene Cuba de insertarse en la defensa planetaria».

OP: —No todos los países pueden velar su espacio exterior; ya Cuba puede y estamos en condiciones de establecer un sistema de alerta temprana para detectar la caída de algún objeto potencialmente peligroso, lo cual es tecnológica y económicamente muy costoso. Es necesario mirar hacia arriba, y lo hacemos.

«También podemos realizar la búsqueda de basura espacial, entendiéndose como tal los restos tecnológicos de los satélites que permanecen en órbita, lo cual es un problema para las misiones espaciales porque pueden acontecer colisiones y por consiguiente catástrofes. Por eso debemos localizar con precisión los fragmentos de basura espacial, fijar su órbita, calcular su posible destino y recogerlos, si es posible.

«Con este equipamiento podemos ver las estrellas variables manchadas, que tienen rápida rotación y cuyo estudio ayudaría a mejorar los modelos de la estructura interna de las estrellas y del Sol».

—¿Se nutren de la información que pueden compartir los aficionados a la Astronomía?

AA: —Los aficionados a la Astronomía disponen de instrumentos específicos y realizan observaciones. Pueden compartir sus descubrimientos y en el IGA recepcionamos lo que nos envíen. Debemos fortalecer ese vínculo porque realmente es muy útil.

FG: —La astrometría, o sea, fijar las posiciones de los cuerpos celestes utilizando determinados sistemas de coordenadas, también puede realizarse con esta tecnología de la que disponemos, lo cual es esencial para la mecánica celeste y la astrofísica, entre otras áreas de la astronomía que, me gustaría aclarar, nada tiene que ver con la astrología.

OP: —Todo el acompañamiento por la parte cubana para la instalación de este observatorio corre a cargo del
Fondo Financiero de Ciencia e Innovación, con el cual mantendremos un estrecho lazo para la creación de capacidades y la preparación de un ciclo de planes de estudios y capacitación en Astronomía, Clima Espacial y Geoefectividad y Sistema de Posicionamiento por Satélite, que aspiramos a inaugurar el próximo 5 de junio.

 Con este observatorio puede realizarse la búsqueda y el monitoreo de asteroides y de objetos cercanos a la Tierra. Foto: Yanel Blanco

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