La Habana, 1969. Poetisa, autora de textos para la escena y crítico teatral. Ha publicado los poemarios Mañana es cuando estoy despierta y Un ejercicio al aire libre. Este año Ediciones Alarcos publicó Desdramatizándome. Cuatro poemas para el teatro, que recoge cuatro obras de su producción para el teatro. Los poemas que publicamos aquí pertenecen al libro Manualidades, ganador del premio Nicolás Guillén de poesía 2011.
Mala praxis. El portero está de duelo
Hay un niño muerto que cuida a los otros niños.
Hay un bebé ahogado en su cordón y mientras Emilia respira
él hace guiños y saca el aire que la puede dañar,
la hace eructar y agarrarse las piernas
lo más empinadas posible.
Y en la coreografía se besan los labios desnudos
los dos bebés:
el bebé que no está donde lo esperaban, y Emilia.
Hay una ceremonia preparada, un ron añejado y herida
una corazonada;
están los abuelos esperando que les entreguen
el cuerpo del santo varón,
está el milagro de la felicidad en mi propio cuarto, al lado mío.
Pero también el miedo y el ángel con prismáticos
que lo ve todo y no perdona las simulaciones
ni los accidentes.
Entonces Emilia bosteza y se viene todo abajo,
donde están las vacas, los elefantes y las ballenas;
con una sola vocal los llama y les pasa la lengua
deleitada,
deleitados,
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Hay algunas mamás que no llegaron a la hora indicada,
no se dieron cuenta o no se asustaron lo suficiente
y nos dejan sus historias clínicas como legajos de buena suerte
a las otras que pudimos aprender algo en el camino,
a las que nos sucedió el milagro
y no perdimos el sueño ni nada más preciado.
(Algo que no me atrevo a escribir aquí
por si creen que me he tomado alguna atribución indebida
o una de esas bebidas con las que no pudo celebrar
como esperaba la familia de Ramón).
Hay un niño muerto que vela el sueño de Emilia
y la hace llorar, tener hambre y despertarse.
Ella lo mira, le parece hermoso;
se refleja en sus pupilas la mirada del otro niño
con más pelo y esa especie de limbo
de donde viene:
el lugar de las aguas que lo inundan todo,
frágiles y pequeños los cuerpos
a la deriva.