El segundo niño con esa característica ha nacido esta semana en Reino Unido, en el primer país que dio luz verde al polémico procedimiento
«Una nueva era en la Medicina», así han calificado algunos expertos de Reino Unido el nacimiento, esta semana, del primer bebé con ADN de tres personas diferentes que viene al mundo en esa nación.
Se trata de una técnica genética también llamada tratamiento de donación mitocondrial (MDT, por sus siglas en inglés), la cual utiliza tejido de los óvulos de mujeres donantes sanas para crear embriones en fecundación in vitro (FIV) libres de mutaciones dañinas que portan sus madres y que es probable que se las transmitan a sus hijos.
El caso, que es el segundo de su tipo en el mundo, y ha sido desarrollado por un equipo de médicos del Centro de Fertilidad de Newcastle (noreste inglés), abre una nueva página en la ciencia de los genes en ese país, impulsando tal vez este tipo de terapias genéticas en otras regiones, es hora de enterarnos por qué.
El procedimiento debería retirar el núcleo de uno de los óvulos de la madre para insertarlo al óvulo de una donante al cual se le había extraído su propio núcleo. El óvulo resultante, con ADN nuclear de la madre y ADN mitrocondrial de la donante, sería posteriormente fertilizado con el esperma del padre.
El óvulo resultante tuvo, en efecto, un conjunto completo de cromosomas de ambos padres, pero con las mitocondrias sanas de la donante en lugar de las defectuosas de la madre. Finalmente este se implantó en el útero de la madre.
En 2016 el primer bebé con ADN de tres personas llegó al mundo. Foto: BBC
De este modo, parecía lograrse el imposible de que el bebé de esta pareja no heredara el mal que había terminado con la vida de dos de sus hermanos.
Pero la opción elegida por el jefe del equipo encargado solo fue una entre numerosas opciones con este método de ADN de tres personas. De hecho, la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana de Reino Unido (HFEA, siglas en inglés), regulador del sector, facilita la aprobación del procedimiento caso por caso, pero ya ha dado luz verde a por lo menos 30.
Reino Unido fue el primer país en aprobar este tipo de proceder, sobre todo buscando evitar «casos como pérdida de visión o audición, debilidad muscular...», en palabras de Dagan Wells, catedrático de Genética Reproductiva, Universidad de Oxford, citado por The Guardian.
Dagan expresó: «Se pueden tener problemas neurológicos y enfermedades que afectan el hígado, los riñones y el corazón. A menudo provoca una muerte prematura. De hecho, a veces la muerte puede llegar incluso en la infancia».
Según Wells, en Reino Unido muchas mujeres corren el riesgo de transmitir trastornos del ADN mitocondrial y alrededor de uno de cada 5 000 niños nace con él.
Este caso de Reino Unido, sin embargo, no fue el estreno en el mundo. El primer bebé nacido con una técnica genética de este tipo llegó en 2016 por un equipo norteamericano y de padres jordanos.
Tal como informaba en ese año la revista New Scientist, los padres del primer pequeño que vino al mundo con una técnica de este tipo tuvieron motivos similares a la familia de Reino Unido. Optaron por este procedimiento porque la madre tiene los genes del síndrome de Leigh, un trastorno mortal que afecta el desarrollo del sistema nervioso.
Si bien la madre está sana, ya dos de sus hijos habían fallecido por causa de esta condición. Los genes afectados están ubicados en el ADN de la mitocondria, que contiene solo 37 genes que son heredados de la madre al bebé.
Ante tal peligro, esta familia no dudó en echar mano, en 2016, a esta técnica experimental que buscaba una tercera persona para donar una porción de información genética sana.
Fueron el doctor John Zhang y su equipo del Centro de Fertilidad New Hope, en la ciudad de Nueva York, los atrevidos especialistas que se lanzaron con el proyecto. El hito llegaría, no obstante, después de los malabares del equipo científico para «jugar» con las estrictas regulaciones de cada nación implicada.
Como todo nuevo procedimiento, y en especial por resultar tan sensible y tener que ver con las técnicas de nacimiento y de genética, este ha acarreado un importante debate ético tras de sí.
Una de las principales objeciones al procedimiento es que los cambios que se lleven a cabo en la mitocondria afectarán la línea germinal. Es decir, sería una forma permanente de modificación genética porque el ADN mitocondrial donado sería transmitido a futuras generaciones.
Esta es una de las consideraciones éticas que se ha repetido desde principios de siglo, con los primeros ensayos en este sentido.
La profesora Lisa Jardine, presidenta de la HFEA, explicaba para BBC en el temprano año 2012 este asunto: «La decisión sobre si el remplazo de la mitocondria debe hacerse disponible para tratar a los pacientes no solo es un asunto de gran importancia para las familias afectadas por estas enfermedades terribles, sino también es de enorme interés público.
«Como se trata de una modificación genética en el óvulo, nos encontramos con un territorio que no ha sido explorado. Una vez que se ha hecho la modificación genética debemos estar totalmente seguros de que se ha hecho lo correcto», agrega.
Según la científica, este era un asunto de «equilibrar el deseo de ayudar a las familias a tener niños sanos con el posible impacto en los propios niños y en la sociedad».
Para 2016, el doctor a cargo del primer caso exitoso, desarrollado en México, parecía responderle cuando afirmaba a los medios que su equipo y él «habían tomado el camino correcto».
Pero como todo territorio nuevo, este también necesitará varios años de distanciamiento y observación para poder evaluar a largo plazo los resultados.
Es de esperar el ensayo principal sobre este nuevo caso de Reino Unido, aún por llegar, y los subsiguientes estudios que vendrán luego, antecedentes, tal vez, de nuevas incursiones en otras regiones.