Nuevos estudios aclaran la ruta de cómo el descanso incide en la calidad de nuestra vida
EL mundo de los sueños no para de seducirnos desde que los seres humanos comenzamos a «teorizar» sobre él en los albores de nuestro pensamiento mágico. Allá cuando aun el método científico no era nuestro lente, nos intrigó el poder de supuestos dioses capaces de dominarnos trayendo un peso insoportable sobre nuestros párpados y, detrás de ellos, un universo de imágenes y maravillas.
Pero hoy, a mucho tiempo desde que hemos comprendido algunos de los mayores misterios sobre el sueño, seguimos desentrañando claves que nos permiten entender qué pasa cuando dormimos y cómo adoptar mejores modelos de descanso.
Un estudio liderado por especialistas de sueño y nutricionistas y publicado hace muy poco en Nature Comunications da fe de un vínculo antes poco detallado entre lo que hacemos durante la jornada y la calidad de nuestro despertar.
Sí. Lo dijimos bien. Este enfoque no se detiene en la calidad del período de sueño, sino que abarca la exploración del bienestar de nuestro descanso y del momento de levantarse, a partir de las actividades y elecciones de todo el día anterior.
Las conclusiones del estudio, llamado «How people wake up is associated with previous night’s sleep together with physical activity and food intake», reiteran una verdad básica que ya conocíamos: dormir bien por la noche es crucial para una experiencia positiva al despertar. Como era de esperar, los participantes que disfrutaron de un sueño ininterrumpido y siguieron unas prácticas de higiene del sueño saludables afirmaron sentirse más frescos, alertas y de mejor humor al despertarse. Entre estas costumbres positivas, estuvieron la importancia de mantener un horario de sueño constante y crear un entorno de sueño propicio para mejorar la experiencia de la vigilia del día siguiente.
Pero, además de la calidad del sueño, el estudio reveló que la práctica regular de actividad física también desempeña un papel vital en la experiencia del despertar. Los participantes que incorporaron el ejercicio moderado o intenso al menos 30 minutos en sus rutinas diarias afirmaron despertarse con más energía y dispuestos a afrontar el día.
Por último, otro factor fue determinante para incidir en la calidad de la vigilia al día siguiente: la ingesta de alimentos y los hábitos dietéticos.
Esta investigación comprobó que el consumo de una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas y cereales integrales, se asoció a una mejora del estado de alerta y del humor al despertar, en comparación con quienes consumían alimentos ricos en grasas o azúcares, sobre todo en horarios cercanos al tiempo del sueño.
La recomendación que arroja este acercamiento reafirma la importancia de un estilo de vida consciente en cuanto a ejercicio físico, alimentación y horarios de sueño y vigilia, que determinarán nuestro estado de ánimo y bienestar durante el descanso y al despertar.
Asimismo, otro estudio reveló otras pistas sobre nuestros estilos de descanso, y tienen que ver, esta vez, con las mascotas que cohabitan con nosotros.
El proyecto investigativo «The association of pet ownership and sleep quality and sleep disorders in United States adults» ha revelado también hace muy poco que tener mascotas, como perros o gatos, puede provocar trastornos del sueño en sus dueños.
La investigación, liderada por la doctora Lauren Wisnieski, descubrió que tener un perro se asociaba a mayores probabilidades de padecer un trastorno del sueño y problemas para dormir, mientras que tener un gato se asociaba a mayores probabilidades de sufrir el síndrome de piernas inquietas, que también afecta a la calidad del sueño.
Estos resultados concuerdan con estudios anteriores que constataron que la tenencia de mascotas tiene un impacto negativo sobre la calidad del sueño.
Las variables manejadas por este estudio fueron, entre otras, la sensación de falta de sueño de las personas, la somnolencia durante el día, no dormir lo suficiente, tardar más de 15 minutos en dormirse y dormir menos de seis horas de media.
Este acercamiento sugiere que las diferencias entre la calidad del sueño y la tenencia de gatos y perros puede deberse a que los gatos tienden a ser más activos por la noche. También descubrió que había menos diferencias en los indicadores de calidad del sueño entre los propietarios de gatos y los que no lo eran, en comparación con los propietarios de perros y los que no.
De cualquier modo, los responsables de la investigación dejaron claro que los efectos positivos de la tenencia de mascotas, como la reducción de la ansiedad y la depresión, también han sido ampliamente comprobados, y recomiendan medidas como la restricción de la entrada de mascotas al dormitorio para contrarrestar las interrupciones o trastornos del descanso de los dueños de mascotas.
En conclusión, cada vez son menos los misterios y más las certezas de que la relación de nuestros hábitos dicta la calidad de nuestro descanso, y este, a su vez, la de nuestro despertar y nuestro día.
El famoso cuadro de Henry Fuseli, La pesadilla, intentaba atrapar los tormentos de los trastornos de sueño en el estilo romántico. Foto: Culturamas
Fuente: Consejos de Mayo Clinic