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El cerebro humano: universo en miniatura

Un estudio revela cómo las redes neuronales y el número de galaxias guardan increíble similitud

Autor:

Iris Oropesa Mecías

Que la ciencia no es otra cosa que descubrir las maravillas veladas del universo, ya lo sabemos. Pero que la cooperación entre varios tipos de ciencia es la que produce el mejor retrato de estas maravillas llevamos poco aprendiéndolo. Y vale la pena seguir por ese camino de colaboración, cuando se develan misterios como este que han logrado hallar dos especialistas de campos tan «distantes» como la neurocirugía y la astrofísica, dos hombres que han dedicado mucho tiempo a descubrir de conjunto que tanto el universo como el cerebro humano tienen mucho en común.

Franco Vazza y Alberto Feletti, un astrofísico y un neurocirujano italianos, han revelado, después de un largo trabajo mano a mano, sorprendentes similitudes entre la estructura neurológica humana y la del universo, a través de la comparación de las imágenes aumentadas de un corte histológico de una red de células del cerebro con la red de galaxias que conforman nuestro universo.

Halla las diferencias

Las diferencias entre la realidad universal y la neuronal se dan a escala en 27 órdenes de magnitud, o sea, el universo es mil millones de billones de billones más grande que nuestro cerebro, pero el análisis de ambas estructuras reveló que los diferentes procesos físicos pueden conllevar el surgimiento de estructuras similares en complejidad y autorganización, según detalló el estudio, publicado por la revista Frontiers of Physics.

Las primeras similitudes que dieron pie al análisis detallado mostraron que ambos sistemas están organizados en redes bien definidas, con nodos (neuronas y galaxias respectivamente) que se conectan a través de filamentos.

Una segunda semejanza de peso fue hallar que ambos sistemas se constituyen de un 70 por ciento de masa pasiva, energética —es el caso de la materia oscura del universo, y del agua, en el caso del cerebro—, mientras el resto de sus elementos juegan un papel indirecto en sus estructuras internas, detalla el estudio.

En una segunda etapa, el estudio científico referido definió semejanzas a partir de comparar la red de galaxias con imágenes aumentadas de las
secciones de la corteza cerebral y el cerebelo humano con una estricta metodología interdisciplinar.

Los resultados revelaron que las fluctuaciones de densidad del cerebro y la red cósmica funcionan también con semejanzas asombrosas.

«Nuestro análisis mostró que la distribución de la fluctuación dentro de la red neuronal del cerebelo en una escala de un micrómetro a 0,1 milímetros sigue la misma progresión que la distribución de la materia en la red cósmica, pero, por supuesto, en una escala mayor que va de cinco millones a 500 millones de años luz», señaló el astrofísico Franco Vazza, citado por Russia Today.

«Probablemente, la conectividad dentro de las dos redes evolucione siguiendo principios físicos similares, a pesar de la llamativa y obvia diferencia entre los poderes físicos que regulan las galaxias y las neuronas», explicó el neurocirujano Feletti, lo que describió como «niveles inesperados de semejanza».

Los dos científicos esperan que su método encuentre aplicación tanto en cosmología como en neurocirugía y ayude a comprender mejor la dinámica de la evolución temporal tanto del cerebro como del universo. 

Oh, cerebro de los misterios

Se suele decir que en la última década hemos aprendido más acerca del cerebro humano que en casi toda la historia de la humanidad. Por ese camino, hay que agradecer los avances en la neurociencia, y a tecnologías como las máquinas de resonancia magnética funcional (fMRI), que permiten recolectar una enorme cantidad de datos, provenientes de un sinfín de estudios e investigaciones, pero en los últimos años no se puede negar que también los procedimientos propiamente científicos para analizar esos datos han sido altamente refinados desde la epistemología y la metodología.

Aun así, mucho permanece todavía tras un velo de misterio sobre este maravilloso órgano que parece responsable de nuestra supremacía como especie. Por ello, las instituciones dedicadas a la neurociencia viven un avance tan intenso como las especializadas en una de las áreas más estimuladas en años recientes, la de la astronomía.

Estudios como este, marcados por la colaboración más colorida, son de esperar, y, por supuesto, de desear mucho, para alcanzar ese sueño de comprender cada vez mejor, y de modo más interconectado, la belleza de este universo que tenemos el privilegio de habitar.

Conoce mejor tu cerebro

El cerebro es entre el 70 y el 73 por ciento de agua, como mencionábamos antes, por eso, se suele decir que deshidratarte te vuelve más tonto.

No importa si la deshidratación es moderada o intermedia, igual va a afectar negativamente en tu desempeño. Deshidratarte tan solo un 2 por ciento hará que te sea sumamente difícil cumplir con tareas que requieren atención, habilidades sicomotoras y de memoria a corto plazo. No dudes en cargar con tu pomito donde quiera que vayas.

También es tu cerebro el órgano más graso del cuerpo. Pesa cerca de tres libras, pero si le retiras toda el agua, cerca del 60 por ciento de su peso es grasa. Para mantener la habilidad de desempeño de este órgano es importante consumir grasas, pero no de cualquier tipo, específicamente ácidos grasos del tipo Omega 3 que se halla en productos del mar y algunos granos secos.

Otro dato de cuidado que debes recordar para una higiene de tu cerebro es evitar asumir tareas al mismo tiempo. En su lugar, se recomienda compartimentar los deberes. O sea, separarlos en el tiempo y asumirlos consecutivamente.

Intentar ejecutar varias tareas a la vez te hace menos productivo, porque tu capacidad de atención, aprendizaje, desempeño y memoria a corto plazo cae estrepitosamente. Lo que sucede es que tu cerebro en lugar de hacer varias cosas a la vez, está saltando de una tarea a otra, como cuando se juega ping pong, pero no las ejecuta a la vez.

También es importante a veces hacerte consciente de lo que estés haciendo, para entrenarte mentalmente. Cerca del 95 por ciento de tus decisiones las tomas de forma subconsciente. Tu cerebro funciona de tal forma y con tanta eficiencia que ni te enteras de lo que está pasando allí. Imagínate que solo el cinco por ciento de las veces estás realmente consciente de tus decisiones de compra, de allí la importancia de ejercitar asumiendo algunas tareas rutinarias de forma consciente para entrenar tus redes neuronales. Funciona, por ejemplo, peinarte o maquillarte con la mano contraria, o contar los escalones mientras subes una escalera, o fijarte con detalle en cuántas cuadras caminas en una ruta diaria. Esos pequeños ejercicios favorecerán tu salud mental.

 

 

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