Es una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana
Con sus 121 metros sobre el nivel de la calle, el Focsa constituye una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
Levantado en la barriada del Vedado, en el municipio de Plaza de la Revolución, cuenta con 39 pisos desde el cimiento a la torre.
Cuando se inauguró, en junio de 1956, era el edificio de hormigón más alto del mundo, después del Marinelli.
Su nombre se debe a que su inversionista principal fue la compañía Fomento de Obras y Construcciones Sociedad Anónima.
Su construcción duró aproximadamente dos años y cuatro meses. El grupo de proyección estuvo dirigido por el ingeniero Luis Sáenz Duplace y por el arquitecto Ernesto Gómez Sampera.