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«El humor es parte de la cultura cubana»

Otto Ortiz: reconocido humorista cubano de extensa trayectoria como actor y guionista. Se graduó en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echevarría de Ingeniero en Control Automático

Autor:

Jorge Alberto Piñero (JAPE)

 

 

¿Piensas que el humor en Cuba, a lo largo de la historia, se pudiera dividir en etapas?

―El humor es uno solo, pero no es menos cierto que cada momento tiene sus características propias. En Cuba se basaba principalmente en dúos cómicos al estilo de Pototo y Filomeno, Garrido y Piñero, y más cercano en el tiempo teníamos a Ido y Eddy, por solo poner unos pocos ejemplos. No se acostumbraba a hacer grupos de humor.

«En los años 80 tiene lugar una ruptura a partir de la creación del Conjunto Nacional de Espectáculos, con Virulo al frente, la visita del grupo argentino Les Luthiers, el trabajo del grupo La Seña del humor de Matanzas y la entrada del grupo Salamanca al movimiento de jóvenes humoristas, como profesionales graduados del ISA que habían optado por hacer humor… después de todos estos sucesos hubo un cambio importante en la escena humorística cubana.

«Comenzaron a nacer grupos en las universidades, particularmente en la Cujae, que fue la semilla del posterior nacimiento del Centro Promotor del Humor. No quiere decir que dejó de existir otro tipo de humor. Todos los géneros y fórmulas antes existentes también tenían su espacio, pero ese tipo de humor, más teatral y elaborado que proponía el Centro, tuvo una presencia importante en el ámbito cultural del país».

—¿Piensas entonces que el Centro Promotor del Humor ha hecho un aporte al sistema institucional de la cultura cubana?

—Creo que sí. Para cualquier país es bueno tener un movimiento cultural masivo y popular. El Centro está en función del Consejo de las Artes Escénicas y puedo afirmar, sin petulancia, que somos de los que más teatros llenamos. También es un arma de doble filo porque a veces programan el humor para llenar un hueco a última hora y eso va en contra de la calidad de los espectáculos. 

«Ha sido bueno para la cultura y también para nosotros. Nos han dado un espacio institucional y un reconocimiento que nos hemos ganado. Veinte años después de fundado el Centro, el humor sigue estando en la preferencia del pueblo. Nos falta el reconocimiento internacional que sí han tenido las artes plásticas y la música».

—¿Estás de acuerdo con que exista el Premio Nacional de Humor?

—No es que esté de acuerdo o no con que exista, es que tiene que existir. No se trata de estar a favor o en contra: el humor es parte de la cultura cubana. Cuando se habla de las características de un cubano lo primero que se dice es que suele ser jaranero, jodedor, dicharachero… El humor es parte indisoluble de nuestra idiosincrasia.

—¿Puedo deducir entonces que para ti el Centro Promotor y su festival Aquelarre forman parte de la idiosincrasia del cubano y su acervo cultural?

—Sí, y te voy a poner ejemplos: durante el Festival de Cine de La Habana la gente consume mucho cine… extensas colas. Luego de concluir el Festival, las mismas películas se exhiben en los cines y poca gente las va a ver. En la Feria del Libro la gente inunda los espacios de la Feria, tanto en la capital como en las provincias… compran cientos de libros. Se acaba la Feria y las librerías están vacías. El humor no es así. Se acaba el Aquelarre y la gente continúa asistiendo en masa a los teatros todo el año. Eso te da la medida de la importancia que tiene el humor. La necesidad que tiene el cubano de consumir humor, de reír con sus humoristas.

—¿Cuáles han sido para ti los mayores logros del Centro Promotor del Humor y sus mayores desaciertos?

—El mayor logro es darnos a respetar. Tener una institución que nos representa y nos protege, que eso nunca había pasado. Ese reconocimiento que ha logrado el Centro para los humoristas es muy importante. En segundo lugar, ha logrado unirnos y también, a partir de su festival nacional, ha creado mecanismos que te obligan a estar en constante elaboración y desarrollo de tu propuesta artística, además de velar por nuestra superación profesional en diversos talleres y encuentros teóricos… 

«El mayor desacierto es quizá que el Centro debía hacerse sentir más como Institución dentro del engranaje cultural del país. En general son más las virtudes que los desaciertos y esto te lo demuestra que los humoristas que están dentro no quieren salir, y los que están afuera quieren entrar».

(Fragmentos de la entrevista realizada a Otto Ortiz en 2014 para el proyecto de la serie audiovisual Vivir y morir de la risa).

 

OTTO LÁZARO ORTIZ HONDAL: reconocido humorista cubano de extensa trayectoria como actor y guionista. Nació en La Habana el 17 de diciembre de 1965. Se graduó en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echevarría (Cujae) de Ingeniero en Control Automático en el año 1988. 

Se vincula con el movimiento de artistas aficionados y participa en disímiles eventos de humor que se realizaban en la Cujae. En 1987 funda el grupo Los Hepáticos, que marcó pauta dentro del movimiento de jóvenes humoristas de los años 80 y 90. En 1993 funda el grupo Post Data en el que se destaca por los premios obtenidos en los diferentes festivales Aquelarre de aquella época. Este grupo participa en el programa de la televisión Acabaret, junto a Alexis Valdés, Manolo Melián, Edith
Massola… entre otros reconocidos actores.

En 1998 continúa como solista y trabaja en diferentes proyectos humorísticos en la Televisión Cubana. A principios de los años 2000 concibe el dúo El Titi y el Nene con el músico y actor Anael Granado. Se presentan en la televisión, en los principales escenarios teatrales y en centros nocturnos, y ganan gran popularidad rápidamente.

Querer atrapar en unos breves párrafos la carrera artística de Otto Ortiz es imposible teniendo en cuenta que
acumula cerca de 40 años de trabajo ininterrumpidos en el humor. Está entre los fundadores del Centro Promotor del Humor y de múltiples peñas y proyectos de cine, radio y televisión. Escribió y actuó en diversos teleplays donde resaltan títulos como La mujer que me tocó y Entre la espada y la pared, Helado tropical, La lista..., entre otros.

Ha dirigido y trabajado en un sinfín de espectáculos teatrales, muchos de ellos premiados, al igual que sus guiones, que aparecen en diversas antologías de editoras cubanas. Participa en incontables talleres, eventos teóricos, posgrados y funge como jurado de festivales de humor en diversas categorías.

Se ha destacado como un avezado monologuista considerado por algunos especialistas como pionero del stand up comedy cubano. Entre sus más recientes trabajos audiovisuales se destaca el programa Otto por Otto derivado de su anterior proyecto Al pie de la letra.

Dirigió el proyecto humorístico deportivo del equipo Los Cómicos y en la actualidad desarrolla la serie Malas compañías, en redes sociales, que ya cuenta con miles de seguidores. 

La impronta artística de Otto Ortiz rebasa las fronteras y se ha dado a conocer en países como Canadá, Estados Unidos, Venezuela, España y Panamá.

Otto Ortiz (a la derecha) con Omar Franco, a finales de los 80, como parte del grupo Los Hepáticos que también conformaban Luis Simpson, Carlos Vázquez y José Téllez.

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