Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Con toda nuestra fuerza

Autor:

Roberto Díaz Martorell

Ha terminado 2024, un año muy retador para Cuba y marcado por grandes contingencias: el bloqueo de manera permanente, dos huracanes, tres sismos y tres desconexiones del Sistema Electroenergético Nacional (SEN). Sin embargo, en medio de estas adversidades, como siempre, emerge con total fuerza la convicción del pueblo cubano por vencer y seguir combatiendo. ¿Dónde radican los resortes, la resiliencia y los atributos de los cubanos para enfrentar situaciones como estas?

Sin mucho esfuerzo, es posible encontrarlos en nuestra apasionante historia, impregnada de desafíos desde antes del triunfo del 1ro. de enero de 1959, que incluyen la lucha por la independencia hasta las crisis económicas y naturales que nos han azotado y, en cada una de ellas, hemos demostrado como nación una capacidad extraordinaria para adaptarnos y encontrar soluciones creativas.

Esta resiliencia no es solo un rasgo cultural; es una respuesta forjada en muchas experiencias compartidas, en la solidaridad entre vecinos y en la tenacidad de un pueblo que se niega, y se negará siempre, a rendirse. Los resortes que la sustentan (la resiliencia) están en las comunidades, en nuestra capacidad para unirnos, apoyarnos mutuamente y compartir recursos en tiempos difíciles, testimonios del espíritu colectivo que nos define como país.

En todas las esquinas del país hay historias que emergen tras cada crisis: desde la vecina que comparte agua potable hasta el grupo de jóvenes que se organiza para ayudar a las familias afectadas por un huracán. Esta unión es nuestra mayor fortaleza. No obstante, al mirar hacia 2025 es crucial preguntarnos qué más debemos hacer como cubanos y como país para salir de las dificultades actuales.

La respuesta radica en fortalecer nuestras estructuras sociales y económicas, y promover un desarrollo sostenible que no dependa únicamente de factores externos. Necesitamos formar capacidades en cada uno de los sectores de la sociedad, para que cada cubano pueda contribuir con su talento y creatividad a la construcción de un futuro próspero y sostenible, con los recursos que tenemos.

Además, es fundamental fomentar un diálogo abierto y constructivo entre todos, y la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones es esencial para construir un país más inclusivo y resiliente. Escuchar las voces de quienes viven las realidades del día a día ofrece soluciones innovadoras y prácticas que pueden aportar a las instancias decisoras

Es importante reconocer que resiliencia no significa simplemente aguantar las adversidades, sino transformarlas en oportunidades, con creatividad, ciencia e innovación. Es hora de que nuestra narrativa se incorpore a nuestra conducta diaria, con clara visión y compromiso renovado, en aras de enfrentar, con recursos propios, cualquier tormenta que se avecine.

La resiliencia está en nuestro ADN y, con unidad y determinación, podemos crecer y prosperar. El año 2025 también estará lleno de posibilidades; depende de nosotros elegir cómo queremos transitarlo.

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