En este período, que se celebra desde 1300 y también se conoce como Año Santo, el Papa concede indulgencia a los fieles que viajan a Roma.
Por primera vez, el Papa Francisco ha pedido de manera abierta una investigación suficientemente esclarecedora de las acusaciones de genocidio por las acciones de Israel en la Franja de Gaza.
No es para menos. Desde que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu emprendió su operación de tierra arrasada en Gaza —con total apoyo militar, financiero y político de Estados Unidos— cerca de 44 000 palestinos fueron asesinados, de ellos más de 17 000 niños, y otros 103 000 resultaron heridos, en su gran mayoría civiles. A ellos se suman más de 11 000 desaparecidos bajo los escombros. Cerca de dos millones fueron desplazados por los continuos bombardeos a lo largo de 410 días, que han convertido la Franja en un territorio inhabitable, sin agua, energía, alimentos, hospitales, ni sitios donde refugiarse de las frías temperaturas del invierno que comienza ahora.
A la tierra santa de la cristiandad le aguarda una triste Navidad, marcada por la amenaza de muertes en masa por el hambre y las epidemias.
En septiembre, el Papa Francisco dijo que los ataques de Israel en Gaza y Líbano han sido «inmorales» y desproporcionados, y que su ejército ha ido más allá de las reglas de la guerra.
Ahora, en un libro titulado La esperanza nunca defrauda. Peregrinos hacia un mundo mejor, redactado por Hernán Reyes Alcaide, basado en entrevistas con el Papa, el reclamo de verdad y justicia queda implícito con notoria claridad.
La crisis humanitaria en Gaza ocupa un lugar central en varios pasajes. «Según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene las características de un genocidio. Debería ser investigado cuidadosamente para determinar si encaja en la definición técnica formulada por juristas y organismos internacionales», dijo el Papa en extractos publicados el domingo por el diario italiano La Stampa.
Se espera que el año de jubileo de Francisco atraiga a más de 30 millones de peregrinos a Roma.
Las declaraciones del Papa Francisco aparecieron horas después de que el Comité especial de las Naciones Unidas para investigar las prácticas israelíes publicara un informe condenatorio que se hace eco de preocupaciones similares. «Consistentes con un genocidio», afirma la ONU.
El informe, que abarca el período de octubre de 2023 a julio de 2024, afirma que las acciones de Israel en Gaza se ajustan a las características del genocidio y cita la destrucción generalizada de servicios esenciales, ataques selectivos contra civiles y el uso del hambre como método de guerra.
«Al destruir sistemas vitales de agua, saneamiento y alimentación y contaminar el medio ambiente, Israel ha creado una combinación letal de crisis que infligirá graves daños a las generaciones futuras», advirtió el Comité.
El llamado del Papa Francisco a ventilar la acusación de genocidio pone en evidencia el compromiso y la obligación de las grandes potencias que apoyan a Israel, a fijar una postura a la luz de los tan exaltados postulados de la civilización occidental y la defensa de los derechos humanitarios.
Los comentarios del Sumo Pontífice también refuerzan la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto al fuego inmediato —que Israel se negó a acatar y Washington después de votar la consideró no vinculante—, así como la necesidad de un fallo concluyente en el juicio contra Israel por genocidio que sigue la Corte Internacional de Justicia.