Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Duele la amarga desmemoria, pero no vence

Autor:

Juana Carrasco Martín

Es la guerra cognitiva, ideológica, la que miente y manipula para arrasar con la confianza que hace a un pueblo, a una sociedad, a una nación. En ella no se matan cuerpos, se masacran mentes y almas. Si quiere un escenario de mayor enfrentamiento ahora, vaya a los medios hegemónicos a nivel planetario y a las redes digitales, las antisociales, y vea cómo se desarrolla contra Venezuela,  donde se da en estos momentos la segunda temporada del guion único: un intento de golpe contra el chavismo. Si la primera fracasó, esta es un fraude total, pero daña…

Han inundado el mundo y cuentan con un mecenas poderoso, Elon Musk, quien se ha mostrado director de no pocas causas de la derecha a nivel del orbe, y en el caso de Venezuela revela una saña especial para apoyar la falacia de la oposición extremista y violenta que acudió a los «comanditos» para entronizar el terror e intentar la desestabilización que propiciara un golpe de Estado.

No lo han logrado en el mundo real. Venezuela quiere paz y lo está logrando con el pueblo en las calles apoyando su voto en las urnas que le dio la relección a Nicolás Maduro con casi el 52 por ciento de los votos. Ese fue el resultado cierto y transparente que dio el Consejo Electoral Nacional (CNE) y que ahora está en peritaje por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) respondiendo a la solicitud de Maduro.

Y prácticamente coincide con la pesquisa de la encuestadora Hinterlaces —realizada mediante una encuesta nacional de hogares venezolanos entre el 31 de julio y el 9 de agosto—, en la que el 51 por ciento de los electores venezolanos afirmó haber votado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, mientras el segundo lugar fue para el de la oposición extremista, Edmundo González, con el 33 por ciento. Importante, el 60 por ciento de la población no tiene duda de los resultados del CNE, frente a solo un seis por ciento que no cree en el Poder Electoral.

Esa indagación también revela que al menos el 96 por ciento de los entrevistados rechazó las manifestaciones violentas y siete de cada diez venezolanos considera que quienes promueven la violencia deben ser procesados y sancionados. Además, el 79 por ciento de los consultados no están de acuerdo con que un ente internacional o la Plataforma Unitaria sean quienes den los resultados de las elecciones…

Sin embargo, esos entes internacionales, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y Vente Venezuela, propiciadores de los neoguarimberos, lanzaron la línea de opinión de la desconfianza en el sistema y el proceso electoral venezolano, en el CNE y en el TSJ. Malintencionados e ingenuos les creen, ese es el poder de la guerra cognitiva.

Lo peor es que también hay desmemoriados, incluso en el llamado progresismo de nuestra región, amparados en una supuesta defensa de la democracia, que han equivocado el camino y están diciendo casi lo mismo que en Washington, el conocido imperio dispuesto a apoderarse de todo el subcontinente, lo cual se manifiesta desde la fundación de la Doctrina Monroe. Y esa desmemoria duele, pero no rinde a la verdad.

El recurso sobre el contencioso electoral presentado por Maduro, y subrayo esto, es habitual para resolver las polémicas. Lo hizo Trump en 2020 cuando gritó —y lo sigue diciendo— que le habían robado las elecciones y su gente decidió —tal y como ahora es practicado por María Corina Machado y Edmundo González— asaltar el Capitolio para impedir que el Congreso certificara a Biden el 6 de enero de 2021; lo hizo Bolsonaro  contra Lula, y también su gente copió a los trumpistas en enero de 2023, un intento de golpe que recibió el rechazo de América Latina.

Las elecciones en México fueron en junio y, tras revisar más de 250 reclamos, y recién a mediados de este agosto, el ente electoral mexicano certificó a Claudia Sheinbaum como la presidenta electa. Keiko Fujimori impugnó a Pedro Castillo en Perú y terminaron dándole un golpe parlamentario, aunque no fue ella la beneficiada.  Se pueden citar las elecciones en Paraguay y Guatemala en 2023. Todas fueron resueltas en los tribunales.

Pero no hubo alarma en el mundo occidental ni se inundaron las redes digitales. Está clara la existencia de un doble rasero. Estados Unidos, que se arroga el papel de juez universal, lo usa para todo aquello que le conviene e interesa, desde los deportes —lo digo por ausencias notables en la reciente Olimpiada de París—, hasta las elecciones presidenciales, una sucia injerencia que ha llevado a la intervención militar y guerras de ocupación en otros momentos históricos. Eso es sabido, es la naturaleza depredadora del imperio.

Lo que lastima, repito, es la amnesia inducida que puede transformarte en un peón más de la guerra cognitiva contra el hermano. Eso avergüenza…

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