En Estados Unidos están a punto de extender los cortes presupuestarios decididos por George W. Bush, el hijo, para beneficiar a los más, más, más ricos, y a los de clase media. Serían 100 000 millones de dólares, así que el uno por ciento de la población estadounidense que clasifica como millonarios tendrá un dinerito extra.
Podrían entonces cada año —y durante toda una década— comprarse algunas chucherías con los 83 347 dólares percápita que les sobrarán. Por ejemplo, un Mercedes Benz Clase E dorado, por el monto completo, o un bolso de mano de Hermes de 64 000 y llenarlo con algunas boberías para completar la suma. Qué tal si se toman una sola botella de Chateau D’Yquem, de la cosecha vinícola de 1787, o hacen más «productiva» la plática llenando la alacena con 20 000 potes de su mostaza favorita, la Grey Poupon…
Esas fueron cuentas sencillas que sacó el legislador floridano Alan Grayson, quien aseguró que los cortes para la clase media que propone Obama podrían ser recibidos por gente desempleada, por «padres necesitados de dinero para pagar las hipotecas, la renta, las cuotas del carro y las tarjetas de crédito», pero que mejor aún sería no extender las exenciones fiscales y usar los cien mil millones de dólares de las imposiciones para crear trabajos, al menos para tres de los 14 millones de personas que ahora están sin trabajo, y así comenzar a revivir la economía.
Pero el Congreso votó a favor de no extender el seguro del desempleo, y tiene la mayor de las probabilidades el que no acoja con beneplácito la propuesta de Grayson, habida cuenta de que el Centro para una Política Responsable ha definido ya que uno de cada dos miembros del legislativo es millonario, y la mayoría se están volviendo más ricos todavía. Así son las obscenidades.
Repasando las noticias del día, sin embargo, se deduce que en Haití no deben estar muy enterados de este debate estadounidense. De serlo así, hubieran puesto entre sus primeras demandas la expulsión de las tropas de Estados Unidos que han ocupado el sufrido país. Pero ahora mismo las protestas son contra las fuerzas de la ONU.
El cólera, que ya se cobra más de 1 100 vidas y ha contagiado a más de 17 000, se ha transformado en la cólera, la iracundia de la dignidad humana. Según la Organización Panamericana de la Salud, citada por AFP, podrían morir 10 000 y extenderse la enfermedad hasta 200 000 personas para el próximo año. Por lo pronto dos han muerto en tres días de enfrentamiento, cuando la Misión de la ONU en Haití (MINUSTAH) dice que están cancelados los vuelos de ayuda, y cortados los proyectos de purificación del agua y de entrenamiento para el trabajo.
Siguen sin casa y no alcanzan los alimentos, por todo eso, desde hace tres días los haitianos protestan y levantaron barricadas en las calles de Cap Haitien (Cabo Haitiano).
Nada nuevo… Pero esta vez no eran llantas las que cerraban las vías: las tropas se toparon con ataúdes. El periodista Ansel Herz, testigo presencial de estas manifestaciones, le contó a Democracy Now lo que a él le aseguraron quienes sobreviven y resisten, no estaban vacías las cajas funerarias… las llenaban víctimas del cólera.