Una mano lava la otra, y las dos… ya sabemos.
En el Mediterráneo oriental, de vez en cuando sale del grifo un agua fresca y clara, y se aprovecha: ayer, el gobierno de la República de Chipre anunció que no realizará los ejercicios militares anuales Nikiforos, que se desarrollan en mar, tierra y aire en la segunda mitad de octubre, y por su parte, Turquía y la denominada República Turca del Norte de Chipre (RTNC), decidieron no ejecutar las maniobras bélicas Toros. Las manos se frotan por la paz.
Y va siendo hora. En esa pequeña y hermosa isla, en una de cuyas playas cuenta la leyenda que nació la diosa Afrodita, la cicatriz dejada por la invasión turca de 1974 —que cercenó un tercio del territorio, estableció la internacionalmente desconocida RTNC, y plantó a unos 30 000 soldados allí— va difuminándose, gracias al proceso negociador entre las autoridades grecochipriotas y turcochipriotas para alcanzar la reunificación.
Desde que comenzó el diálogo, en septiembre de 2008, el presidente de Chipre, Demetris Christofias, y su contraparte de la RTNC, Mehmet Alí Talat, se han visto 43 veces, y hoy se reunirán nuevamente. Varios han sido los tópicos de discusión: cómo quedaría la organización territorial, qué funciones tendría la policía federal, cómo enfocar las relaciones exteriores, etcétera.
Al final, cuando la gallina ponga el huevo, o sea, cuando haya un plan de reunificación aceptable para los dos gobiernos, entonces se someterá a referendo a ambos lados.
Ya que hablamos de referendo, habría que recordar que precisamente el problema de la división subsiste porque en 2004, antes de que la República de Chipre entrara en la Unión Europea, una iniciativa del entonces jefe de la ONU, Kofi Annan, que contemplaba una federación de dos Estados, fue llevada a las urnas, aprobada por los turcochipriotas y rechazada por los grecochipriotas, que ingresaron al club comunitario y dejaron en la estacada a sus vecinos.
La nueva consulta pública tendría lugar en 2010, pues se quiere que las partes lleguen a un acuerdo antes de acabar 2009. La UE, ahora presidida por Suecia, considera el asunto con optimismo; otros piden no desperdiciar el hecho de que los dos gobiernos están encabezados por líderes favorables a una solución, y otros, por supuesto, dejan caer su amenacita….
Así, en Nicosia, la oposición conservadora le exige al presidente Christofias que adopte una postura más firme frente a Turquía, valedora de la RTNC y candidata a entrar en la UE, pues se niega a reconocer a la República de Chipre —¡a un miembro de la propia UE!— y les veda la entrada a sus buques y aeronaves. Un contrasentido. Si esto persiste, la respuesta chipriota será, con total seguridad, congelar el proceso de adhesión, dado su poder de veto como miembro de la UE.
Por su parte, Turquía advierte que si no hay reunificación en 2010, se dedicará a promover internacionalmente a la RTNC, y de seguro la UE se verá abocada a mirar con más longanimidad a dicho territorio, a comerciar más con él, a aceptarlo… Si la voluntad de las partes no diera para más, ¿qué habría que hacer, sino reconocer hechos consumados?
Felizmente, no obstante, ninguna puerta se ha cerrado. A un gesto positivo, otro similar, y las palabras fluyen hacia uno y otro lado, como los ciudadanos que ahora cruzan sin mayor dificultad la línea que separa caprichosamente a la bella Nicosia, vetusta y moderna capital. Hoy, los amagos de guerra quedaron en el cajón; mañana, pueden ser enterrados definitivamente, sepultados por abrazos…