Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La identidad latinoamericana como fórmula del amor triunfante

Autor:

Armando Hart Dávalos

Recientemente hemos conmemorado, por primera ocasión, la publicación en 1891, en el periódico El Partido Liberal de Ciudad México, del texto martiano que lleva por nombre Nuestra América. Al efecto se organizó un evento en Mérida, Yucatán, tierra bien conocida y visitada por el Apóstol en sus años de estancia en el país azteca.

Se desarrolló un encuentro de dos días organizado por el Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial, que auspicia la UNESCO, con un programa para mostrar al mundo cómo la identidad latinoamericana es la fórmula que puede salvar al mundo de un desastre de mortales proporciones para nuestra especie y para todas las demás en el presente siglo XXI. Con tal propósito se preparó un trabajo para el conocimiento generalizado en relación no solo con que la familia humana, y la vida sobre la Tierra pueden salvarse, sino incluso alcanzar más altas escalas de convivencia y empeños creadores en el universo infinito.

Aspiro a presentar una síntesis de las fórmulas planteadas para iniciar el minuto de filosofía a que nos ha llamado Fidel que, como se conoce, es el principal heredero y continuador del Apóstol. En el evento propusimos aspectos esenciales de ese pensar filosófico que podemos proponernos para alcanzar a escala cada vez más alta la integración latinoamericana y caribeña, y así trasladar al mundo la fórmula del amor triunfante.

Investigar, estudiar y promover, con el método electivo de la tradición filosófica cubana, las ideas del Maestro seleccionando sus planteamientos más necesarios para la actualidad, constituye el propósito esencial que nos hemos planteado. Tal selección se hará, entre otros, sobre estos fundamentos: •La utilidad de la virtud. •El secreto de lo humano está en la facultad de asociarse. •Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. •La idea del bien, de forma válida para creyentes y no creyentes. Recuérdese que Martí dijo que «Dios está en la idea del bien».

Para tan altos propósitos hace falta una mejor educación y más elevada fórmula de hacer política. Martí dijo: «La educación comienza con la vida, y no acaba sino con la muerte».1

En cuanto a la política, debemos estudiar el principio martiano en su definición, que dice:

«La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación, cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada».2

Para todo eso es necesaria una amplia y sostenida divulgación. En especial, con el crecimiento del poder de los novísimos medios de comunicación, adquiere un destacado papel lo que algunos han llamado «cuarto poder». Por ello, nos dirigimos al eminente periodista mexicano Mario Menéndez en el momento de otorgarle el reconocimiento la Utilidad de la virtud, en el acto de conclusiones, para solicitarle que su periódico PorEsto! nos ayude en este generoso empeño.

Mario lleva 50 años luchando a favor de las ideas de la Revolución, y posee una valiosa experiencia en el campo de la divulgación y el combate revolucionario en el orden de las ideas. Durante cinco décadas o más se ha venido forjando junto a las ideas de Martí y de Fidel. Le dije: «Amigo Mario, me comprometo a trabajar con ustedes y PorEsto! en función de estos principios. Mi único mérito es haber estado junto a esta Revolución fidelista y martiana durante todos estos años y guardo celosamente los papeles que desde hace medio siglo o más escribo y puedo ponerlos a disposición de PorEsto! para escoger lo que sea más valioso y útil a los fines de exaltar la identidad latinoamericana como la fórmula del amor triunfante. Es la manera de explicar a América y a los pueblos del mundo, y en especial al norteamericano, los caminos necesarios para la integridad de nuestra especie, de todas las especies que, en última instancia, nos conduce al socialismo del siglo XXI».

Iniciemos el momento de filosofía que ha solicitado Fidel desarrollando prácticamente la idea martiana del bien y alcanzaremos la fórmula del amor triunfante de que nos habló el Apóstol. Para esto, apoyémonos en el principio martiano de que «el secreto de lo humano está en la facultad de asociarse». Hagamos una selección de textos de próceres y pensadores de Cuba y de América siguiendo el método electivo de la tradición filosófica cubana, que con José Agustín Caballero y Félix Varela a finales del siglo XVIII y principios del XIX, crearon las raíces más profundas de la cultura nacional.

1José Martí, Obras Completas. «Músicos, poetas y pintores», La Edad de Oro. Nueva York, 1889, t. 18, p. 390

2J. Martí. Obras Completas, Editorial Ciencias Sociales, 1973 Escenas europeas, t. 14, p. 60

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