El buque irlandés Rachel Corrie, integrante de la flotilla humanitaria con suministros para los palestinos, estaba el viernes 4 de junio a 150 millas de la costa de Gaza, y se estimaba que llegaría el sábado por la mañana. El canciller israelí, Avigdor Lieberman, aseguró entonces: «Detendermos la nave. No hay posibilidades de que llegue».