Venezolanos en la cárcel de El Salvador a donde fueron enviados por Trump Autor: Getty Images Publicado: 19/03/2025 | 03:54 pm
CARACAS, marzo 19.— La población venezolana se movilizó este miércoles por segundo día consecutivo para exigir la devolución de sus compatriotas deportados por Estados Unidos a El Salvador, donde han sido encerrados en el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una de las megacárceles construidas por el presidente Nayib Bukele para combatir la delincuencia, y famosas por su rudeza.
Miles de venezolanos acudieron en esta jornada a las plazas Bolívar de todo el país para estampar su firma en reclamo de justicia para sus compatriotas, un día después de una masiva marcha que inauguró la campaña Dignidad Siempre. Ambas acciones acompañan las denuncias del Gobierno Bolivariano ante instancias y mecanismos multilaterales, bilaterales, gobiernos, países y cortes de justicia, para señalar la violación por la administración de Donald Trump de todos los convenios de respeto a los derechos humanos, y del propio Derecho Internacional.
Así lo anunció la víspera el titular de la Asamblea Nacional y representante del ejecutivo para los diálogos de paz, Jorge Rodríguez, quien en encendido y sentido discurso prometió que las autoridades harán todo lo que esté en manos del Estado y el Gobierno, y de la diplomacia, por el regreso de sus hermanos.
Esas acciones incluyen la instrumentación del conocido plan Vuelta a la Patria, estrenado por el gobierno de Nicolás Maduro desde hace algún tiempo, para facilitar el retorno de los ciudadanos que emigraron a otras naciones como resultado de la crisis económica que provocaron las sanciones de Estados Unidos en Venezuela.
Según Rodríguez, un avión de las aerolíneas nacionales viajaba a EE. UU. por los migrantes deportados como parte de ese programa, pero el mal tiempo impidió su arribo, lapso en que tuvo lugar su expulsión.
Venezuela califica los hechos como secuestro.
Los poco más de 200 ciudadanos de ese país enviados a El Salvador vivían indocumentados en Estados Unidos y han sido acusados, sin pruebas ni proceso judicial, de pertenecer al cártel de origen venezolano Tren de Aragua, incluido por la Casa Blanca en la lista de organizaciones terroristas, junto a otros seis cárteles de El Salvador y México.
Echando mano a la añeja Ley de Enemigos Extranjeros, que permite la deportación inmediata de ciudadanos de países con los cuales Washington estuviera en guerra, la Casa Blanca los envió, maniatados y con grilletes, a las cárceles de Nayib Bukele, donde son rapados y obligados todo el tiempo a moverse en fila con un oficial al lado de cada reo, a quienes les obligan todo el tiempo a andar doblados sobre el abdomen, con la cabeza baja.
En muchos casos, familiares entrevistados por medios locales y agencias y cadenas como Prensa Latina y Telesur, han declarado que sus parientes nunca pertenecieron al Tren de Aragua; ni siquiera tienen cargos o antecedentes penales. A algunos los deportaron solo por los tatuajes que tienen en sus cuerpos.
Se han dado casos de profesionales residentes en otros países, como el del músico radicado en Chile, Alfredo Trejo, quien fue preso en una redada en la vivienda de otro artista en el estado de Carolina del Norte, cuando alistaba un producto audiovisual. Su esposa lo reconoció en una foto de reos sentados en el piso, mirando al suelo y, horrorizada, desplegó una campaña personal de denuncia.