Los jóvenes universitarios protestan frente al Congreso argentino contra el veto del Gobierno de Javier Milei a la Ley de Financiamiento. Autor: AFP Publicado: 15/10/2024 | 08:34 pm
BUENOS AIRES, octubre 15.— Cerca de un centenar de facultades de universidades públicas argentinas detuvieron labores y protagonizan mítines, clases públicas o marchas, entre otras actividades que rechazan el veto impuesto por el presidente Javier Milei a la Ley de financiamiento aprobada por el Congreso, mediante un decreto que dejará prácticamente sin fondos a los centros de altos estudios.
Los actos se iniciaron el pasado lunes y contaron con el respaldo de las distintas universidades que se fueron sumando; algunas con el propósito de mantener el paro hasta fines de semana, como lo han anunciado la Universidad Nacional de Quilmes y la Tres de Febrero. La medida también tiene seguimiento en centros de las localidades de San Luis, Luján, Tucumán, Rosario, Catamarca, La Plata, Salta y La Pampa, así como en la capital.
Profesores, personal no docente y estudiantes protagonizan la protesta. «Repudiamos la aplicación del protocolo anticlases públicas con el que amenaza el Gobierno. Viva la lucha de las universidades por el salario, las becas y el presupuesto, escribió en un post en X la Universidad de Buenos Aires.
«Va a haber acciones el miércoles y jueves. Se ha puesto en pie el movimiento estudiantil a nivel nacional y el Gobierno tendrá que lidiar con ello», advirtió el secretario general del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (CeFyL-UBA), Luca Bonfante, citado por Telesur.
La Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Colegio Nacional de Buenos Aires también organizarán jornadas de clases públicas el miércoles y el viernes.
Por su parte, el Frente Sindical de Universidades Nacionales, que agrupa a los trabajadores de este segmento de la enseñanza argentina, dijeron que llevarán a cabo su paro mañana jueves. Los profesores están inconformes por la rebaja de salarios.
Aunque hasta este martes al mediodía no se reportaban actos represivos como los que ha protagonizado la fuerza pública contra los jubilados —también movilizados en defensa de mayor poder adquisitivo para sus pensiones—, voceros de los estudiantes denunciaron que, mientras en las facultades se realizaban clases públicas, la policía comenzó a cercar el área.
Otros reportes dieron cuenta de algún conato cuando seguidores del Partido en el Gobierno —La Libertad Avanza— penetraron actos universitarios y ejecutaron acciones de provocación como el lanzamiento de gas pimienta durante una clase pública en Quilmes.
Con 160 votos a favor y 84 en contra, la Cámara de Diputados de Argentina ratificó el pasado día 8 el veto interpuesto por Milei a la Ley de financiamiento de las universidades.
La legislación se había aprobado antes y pretendía garantizar los fondos para un sector que, como tantos otros dentro del contexto social argentino, queda totalmente desprotegido luego de que el mandatario anunciara la suspensión de todas las legislaciones que le aseguraban la entrega de fondos.
De acuerdo con ello, la educación deberá transitar por el mismo estrecho e incierto marco presupuestario anunciado por Milei hace algunas semanas, que hará depender la entrega de fondos del cumplimiento de las metas de ahorro que se trace el ejecutivo, con vistas a cumplir su reto autoimpuesto de déficit cero.
Por esa razón, no se han definido las partidas que se adjudicarán a la educación, ni a algún otro sector social para 2025, algo de lo que Milei se jacta al reconocer que esta será la primera vez en que un presupuesto se trace después que las metas de ahorro, de acuerdo con lo que se disponga entonces, y no al contrario.
Sin embargo, los recortes presupuestarios no tendrán que esperar al año que viene. Según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), el principal organismo no gubernamental dedicado a este tema, el Gobierno redujo ya el gasto público durante los primeros ocho meses de 2024 en un 30,1 por ciento interanual, ajustado por inflación: en otras palabras, casi en un tercio, remarcó el diario argentino Página 12.