La alegría de la comitiva cubana en Sochi es contagiosa. Autor: Dayán González Ramírez Publicado: 04/03/2024 | 10:21 pm
SOCHI, Rusia.— Para Cuba el Festival Mundial de la Juventud fue un espacio de confluencias, de diversidad y sueños, una oportunidad para exponer verdades y hacer amigos, para conocer otras culturas y maneras de ser, para defender nuestras esencias como nación y también las causas justas del planeta, para demostrar que todos somos iguales y por tanto, no hay lugar para ningún tipo de exclusividad.
Son esos sentimientos y razones lo que resumen el diálogo de este diario con Aylín Álvarez García, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), cuando le pedimos valorara la participación de la Mayor de las Antillas en una cita que reunió a 20 000 delegados de 180 países. «Cuba brilló en Sochi y ello tiene que ver con que la mayoría de los delegados ven a este pedazo de tierra como sinónimo de rebeldía, resistencia, soberanía e independencia», destacó.
Los nuestros vinieron aquí con una misión esencial: defender al sufrido pueblo de Palestina y denunciar la injustica a la que es sometido, así como también condenar el bloqueo genocida, ese que hemos vivido injustamente ya por más de 60 años. En tal sentido, la dirigente juvenil dijo que «en cada espacio se alzó alta y clara la voz firme de una Isla que sabe de qué lado está el deber.
«Este Festival fue también la posibilidad de incrementar las alianzas con organizaciones juveniles de Rusia, Belarús y Namibia. Con estos últimos dos países firmamos varios acuerdos de colaboración que nos permitirán promover el acercamiento de las generaciones más jóvenes a las realidades de esas naciones y desarrollar proyectos de intercambio en los ámbitos de ciencia, tecnología e innovación, transformación digital, entre otros».
Minutos antes de que el primer grupo de delegados comenzara su regreso a la Patria, Álvarez García confesó que el gran saldó del Festival fue también ver a un Fidel multiplicado en muchos jóvenes del planeta. «Emocionó percibir el cariño y admiración hacia el líder histórico de nuestra Revolución, y como más de una vez su nombre fue mencionado en los foros, paneles, mesas de debate. Fidel nos enseñó que un mundo mejor es posible y eso tenemos que alcanzarlo las nuevas generaciones».
Cuba logró combinar en Sochi el entusiasmo y la alegría con la responsabilidad, la madurez y la preparación de nuestros jóvenes, en una delegación integrada por muchachas y muchachos de todos los sectores: campesinos, científicos, artistas, ingenieros, médicos, comunicadores… y de las diferentes provincias, quienes regresan a casa para multiplicar con los suyos lo aprendido en estos días de Festival.