En Estados Unidos continúan las manifestaciones contra el genocidio que comete Israel en Gaza. Autor: Reuters Publicado: 12/12/2023 | 11:15 pm
La derrota del primer ministro Benjamín Netanyahu se consumó mientras entonaba su más insolente discurso de odio. Casi a la misma hora que reiteraba su sanguinaria promesa de erradicar a Hamás de Gaza, al precio de un mayor genocidio, los avisos del fracaso cayeron uno tras otro, como dos potentes e inesperados misiles, procedentes nada menos que desde Estados Unidos.
Fueron dos fogonazos de resonancia mundial inmediata. En Nueva York, la Asamblea General de la ONU aprobó por una abrumadora mayoría de 153 votos favorables, frente a diez en contra y 23 abstenciones, una resolución que reclama «un alto el fuego humanitario inmediato» en Gaza. La votación arrojó un resultado mucho más abultado que el anterior intento del pasado 28 de noviembre para pedir un cese de hostilidades.
Estados Unidos volvió a rechazar la propuesta, como hizo el viernes pasado en el Consejo de Seguridad, pero, sin duda, tomó nota del creciente desprestigio de su alianza con semejante aliado y detonó el otro disparo dirigido a Tel Aviv.
En su acostumbrado estilo de anciano distraído, como si fuera una ocurrencia de ese instante, Joseph Biden aprovechó un acto de recaudación de fondos para su relección y soltó el sutil comentario que estremeció el piso del primer ministro Benjamín Netanyahu. Un bombazo del que difícilmente salga ileso.
El octogenario presidente de Estados Unidos admitió con aparente pesar que Israel carece de apoyo internacional para sus bombardeos indiscriminados sobre Gaza.
«Están empezando a perder ese apoyo», afirmó como si fuera algo reciente y sugirió en tono mesurado pero con la fuerza imperial de su cargo que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, debe cambiar su gobierno de línea dura.
Biden calificó al actual ejecutivo como el «más conservador de la historia de Israel», un modo discreto de caracterizar a un ejecutivo integrado por halcones de extrema derecha y fanáticos ultraortodoxos, partidarios de la total limpieza étnica de Gaza, que —lamentó— «no quiere una solución de dos Estados».
El Presidente estadounidense consideró que Netanyahu debería «cambiar» su Gobierno para encontrar una solución de largo plazo al conflicto con los palestinos.
Biden ha dispuesto todo su arsenal y apoyo estratégico con el objetivo de eliminar a Hamás, en un acto de complicidad absoluta. Incluso, se ha opuesto a un alto el fuego humanitario, con el pretexto de que sería utilizado por la Resistencia Palestina para rearmarse.
Sin embargo, hace rato que se agotó el plazo admisible para semejante propósito y mucho más el costo de pérdidas de vidas inocentes, un estigma que alcanza proporciones de un infame genocidio.
Entidades como la Organización Mundial de la Salud denunciaron en esta jornada la aguda crisis humanitaria que ha convertido a Gaza en un «un infierno en la tierra».
Los bombardeos al sur de Gaza han ido empujando hacia la frontera con Egipto a miles de personas indefensas, en busca de seguridad, alimentos y agua, otro motivo de discrepancia entre Tel Aviv y Washington.
El propio Netanyahu reconoció este martes que tiene diferencias con su principal aliado sobre el futuro de la Franja una vez terminado el conflicto.
El creciente aumento de desplazamientos forzosos de cada vez más habitantes de Gaza hacia el sur de la Franja está levantando la preocupación de Naciones Unidas, la Unión Europea y Jordania.
Debido a esta preocupante situación, en esta jornada trascendió que Egipto ha comunicado que está dispuesto a plantear una ruptura de sus relaciones con Israel y EE. UU. si su ofensiva militar en el sur de la Franja empuja a más habitantes a huir hacia suelo egipcio.
El Cairo rechaza una reubicación forzosa de gazatíes en su territorio debido al temor de que el Sinaí se convirtiera en una base de operaciones de los movimientos de resistencia palestinos.
Al respecto, el jefe de la Agencia de Refugiados Palestinos de la ONU, Philippe Lazzarini, reveló en un artículo publicado por Los Angeles Times que el ejército israelí está preparando el terreno para la expulsión masiva de palestinos a Egipto y al mismo tiempo creando condiciones que les harán imposible regresar a sus hogares destruidos en Gaza.
El destino de Gaza después de la destrucción de sus instalaciones y la presunta supresión del Gobierno de Hamás se convirtió en otro motivo de discordia entre la Casa Blanca y Netanyahu.
Según trascendidos, Biden se opone además a que Israel ocupe la Franja de Gaza tras la guerra y apuesta por que la Autoridad Nacional Palestina, que actualmente dirige partes de la Cisjordania ocupada, asuma también el Gobierno del enclave.