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Masivas manifestaciones en contra del exterminio y la limpieza étnica del Estado sionista en Gaza, donde se cuentan más de 10 000 muertos en un mes, provocaron duras condenas a Israel y Estados Unidos, sede de una manifestación de apoyo al pueblo palestino que reunió a más de 300 000 asistentes en Washington.
El genocidio israelí, que hasta el lunes incluía a 4 104 niños y 2 641 mujeres, dos tercios de las víctimas fatales de los bombardeos con más de 25 000 toneladas de explosivos, elevó el tono del enérgico repudio global.
Como «una crisis de humanidad» calificó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, la incesante matanza de civiles, los ataques aéreos a hospitales y ambulancias, la masiva destrucción de viviendas, escuelas, mezquitas y refugios de civiles.
Nadie «está por encima del derecho internacional humanitario» proclamó Guterres, quien consideró primordial la protección de los civiles en el arrasado territorio palestino, donde ―dijo― se constatan claras violaciones de la ley humanitaria internacional.
Según las Naciones Unidas, actualmente hay 1,5 millones de personas desplazadas internamente en Gaza, de una población de 2,3 millones.
Todo este panorama perfila la dimensión de la crisis humanitaria y la deliberada estrategia israelí de diezmar el crecimiento poblacional del pueblo palestino.
Los ataques y el desplazamiento proseguían cuando Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, se reunía el domingo con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en la Cisjordania ocupada militarmente por Israel, sin que se conociera cualquier resultado positivo.
Blinken reafirmó la posición de Washington a favor de «pausas humanitarias» para permitir que los extranjeros salgan de Gaza y al mismo tiempo «permitir que Israel logre su objetivo» de liquidar a Hamás.
Egipto y Jordania reprobaron esa postura y pidieron un alto el fuego inmediato, a lo que Washington se ha opuesto reiteradamente, en respaldo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien rechazó la idea de detener la ofensiva.
Más aún, el Gobierno de Estados Unidos anunció que enviará bombas de precisión por valor de 320 millones de dólares a Israel.
La creciente campaña militar israelí para poner fin a 16 años de gobierno de Hamás en la Franja de Gaza está cobrando un alto precio entre los jóvenes del enclave.
La Organización Mundial de la Salud y varias agencias de Naciones Unidas dijeron que la invasión israelí está cobrando un precio desproporcionado entre las mujeres, los niños y los recién nacidos en Gaza, que representan el 67 por ciento de todas las víctimas, según fuentes médicas de Gaza.
Funcionarios de salud de Gaza dijeron el sábado que otros 1 200 niños están desaparecidos y se cree que sus cuerpos están enterrados bajo los escombros.
La población de Gaza se encuentra entre las más jóvenes del mundo, y casi la mitad tiene menos de 18 años. Por otro lado, con unas 50 000 mujeres embarazadas en Gaza, y un 15 por ciento de ellas con posibles complicaciones en el embarazo o el parto, se presume un aumento de muertes maternas.
Gaza se ha convertido en un «cementerio» para los niños y un «infierno viviente» para todos los demás, escribió en un titular el diario israelí Haaretz, al destacar que en tres semanas se reportaron más muertes de niños en Gaza que en todos los años desde 2019.
Este lunes, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa) precisó que 48 de sus instalaciones, que ya están superpobladas de desplazados internos y que aparentemente son seguras, han sido dañadas por los bombardeos.
La agencia detalló que, debido a la intimidación israelí, un millón y medio de gazatíes debieron abandonar sus hogares, de los cuales 717 000 hallaron refugio en 149 de sus instalaciones.
Asimismo, solicitó nuevamente a Tel Aviv que permita la entrada a Gaza de más ayuda humanitaria y de combustible.
Por otro lado, la represión y el afán de venganza sionista se extendió a la Cisjordania ocupada, donde el número de víctimas mortales ascendió a 155 y los heridos a unos 2 250, desde el pasado 7 de octubre.
