Johnson sirvió en la Cámara de Representantes de Luisiana de 2015 a 2017 Autor: Tomada de Prensa Latina Publicado: 25/10/2023 | 06:06 pm
WASHINGTON, octubre 25.— El congresista republicano por el estado de Luisiana, Mike Johnson, cuarto candidato presentado por su partido para presidir la Cámara de Representantes de Estados Unidos y aliado del expresidente Donald Trump, logró por fin 220 votos de los representantes —se necesitaban 117—, y ya ese cuerpo legislativo puede activarse, luego del impasse a causa de la destitución de Kevin McCarthy por la acción de rechazo de un grupo ultraconservador republicano que fue apoyada por toda la bancada demócrata.
Johnson sirvió en la Cámara de Representantes de Luisiana de 2015 a 2017, donde fue nombrado vicepresidente del Comité Judicial de esa legislatura. En 2015 propuso un controvertido proyecto de Ley de Matrimonio y Conciencia, que algunos consideraron discriminatorio para la comunidad LGBTIQ, y desde 2017 forma parte del Congreso de Estados Unidos.
Como en las votaciones anteriores, los demócratas respaldaron al líder de la minoría, Hakeem Jeffries (209), mientras Johnson, en primera votación, logró prácticamente todas las papeletas de sus colegas (que son 222 en la Cámara), y se convirtió así en el 56 presidente de ese órgano del legislativo.
Tras la ansiosa aprobación luego de tres semanas de incertidumbre, Johnson, de 51 años de edad, tomó posesión de su cargo y del mazo que lo simboliza y declaró: «Estamos listos para poner manos a la obra nuevamente».
Johnson apoya abiertamente a Trump y, dijo CNN, fue una figura clave del Congreso en los esfuerzos fallidos para anular las elecciones de 2020 que le dieron el triunfo a Joseph Biden. Después de que se declararan las elecciones a favor de Biden el 7 de noviembre de 2020, Johnson publicó en X, entonces conocido como Twitter: «Acabo de llamar al presidente Trump para decirle esto: ‘¡Manténgase fuerte y siga luchando, señor! La nación depende de su determinación. Debemos agotar todos los recursos legales disponibles para restaurar la confianza de los estadounidenses en la imparcialidad de nuestro sistema electoral’».