Sudáfrica: donde el pueblo de Cuba ofreció y dio lo mejor de sí

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- «Los cubanos vinieron a nuestra región como doctores, maestros, soldados, expertos agrícolas, nunca como colonizadores. Compartieron las mismas trincheras en la lucha contra el colonialismo, el subdesarrollo y el apartheid...

«Jamás olvidaremos este incomparable ejemplo de desinteresado internacionalismo... Compartieron las trincheras con nosotros en la lucha contra el colonialismo, el subdesarrollo y el apartheid. Cientos de cubanos dieron sus vidas, literalmente, en una lucha que era, ante todo, nuestra, no suya. Como sudafricanos, les damos la bienvenida».

Las palabras pronunciadas por Nelson Mandela en 1995, durante la primera conferencia de solidaridad Cuba-Sudáfrica, resumen el sentimiento de cariño y respeto del pueblo sudafricano víctima por cientos de años de un racismo que a mediados del siglo pasado adquirió su máxima expresión fascista: el apartheid.

Con la llegada del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a esta ciudad, los tres presidentes de la Cuba libre y soberana, de la Isla de la Libertad, de la Revolución, Fidel, Raúl y él, han llegado a una tierra donde siempre se les arropa por la gente sufrida, luego reinvidicada en una lucha donde el pueblo de la Mayor de las Antillas ofreció y dio lo mejor de sí.

Los vínculos entre Cuba y Sudáfrica son históricos y de hermandad. Los lazos diplomáticos se establecieron el 11 de mayo de 1994, un día después de la toma de posesión de Nelson Mandela, quien el 27 de abril de ese año —constituido luego como Día de la Libertad, al marcar el fin del régimen segregacionista del apartheid—, en las primeras elecciones multirraciales de ese país, se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999).

El establecimiento de relaciones diplomáticas entre La Habana y Pretoria fue el primer acto de política exterior de la nueva Sudáfrica, y lo encabezaron Nelson Mandela y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien había llegado a esa nación para asistir a la toma de posesión de Mandela.

Foto: Estudios Revolución

Fidel estaría en Sudáfrica dos veces más; en 1998, para la XII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados; y en 2001, para la Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia.

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, en su condición de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, también estaría allí, pero en 2013, cuando acudió a los funerales de Nelson Mandela. Al llegar, Raúl lamentó que su visita fuera en tales circunstancias, pero, añadió, «me siento muy honrado de estar aquí».

Las relaciones entre la isla caribeña y el pueblo sudafricano se remontan a los años 1960. Cuando a inicios de esa década Mandela y sus compañeros fueron encarcelados, Cuba hizo una denuncia internacional en su defensa, aunque el líder negro y el Congreso Nacional Africano (CNA) eran apenas conocidos y se les calificaba de terroristas por muchos gobiernos occidentales.

No obstante, desde 1961, incluso antes del llamado Proceso de Rivonia, en el que a Mandela se le condenó a cadena perpetua por el régimen racista, comenzaron a llegar a la Isla jóvenes sudafricanos que participaban en la lucha contra el apartheid, para recibir atención médica o formación profesional.

En su autobiografía Largo camino hacia la libertad, Mandela señalaba por su parte que en prisión encontró inspiración en Fidel Castro, el Che Guevara y la Revolución Cubana.

El 20 de noviembre de 1995, Cuba y Sudáfrica suscribieron acuerdos para hacer efectiva una colaboración en el campo de la Salud Pública que se mantiene hasta hoy. Al amparo de ese convenio, los primeros 200 profesionales médicos llegaron a Johannesburgo en marzo de 1996, entre ellos especialistas en Medicina General Integral, Cirugía, Ginecología, Pediatría y Anestesiología que trabajarían en varias provincias, además de los que ya asesoraban en el Ministerio de Salud desde diciembre de 1995.

La cooperación incluyó a profesores de Medicina, que ejercieron en esa etapa como docentes de la Universidad de Transkei (UNITRA), hoy Universidad Walter Sisulu, situada en la zona semi-rural de Umtata, en la provincia de Eastern Cape. Gracias a esa colaboración, su Facultad de Medicina y Ciencias de Salud, inaugurada en 1985 y que estaba destinada a cerrar, continúo funcionando.

Durante todos estos años, la cooperación bilateral se ha mantenido y ampliado de forma sistemática tanto en el sector de la Salud como en la educación, la ciencia y la tecnología, la agricultura, el desarrollo de infraestructuras, la vivienda, el agua y el saneamiento, los asentamientos humanos, las obras públicas, las tecnologías de la información y las comunicaciones, y otras muchas.

Miles de colaboradores cubanos han prestado servicio en Sudáfrica, y miles de jóvenes sudafricanos han sido formados en Cuba.

Hito en las relaciones de amistad incondicional entre ambas naciones fue el arribo a Sudáfrica, en abril de 2020, de más de 200 profesionales del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desatres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, para ayudar en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, acto de extraordinario humanismo que la Isla brindó en decenas de países y que llevó al gobierno sudafricano a proponer al contingente para el premio Nobel de la Paz.

Cimentada en el apoyo incondicional, militar y civil, de Cuba a la lucha de los pueblos de África Austral contra el colonialismo, por la independencia y contra el apartheid, las relaciones entre Sudáfrica y la Mayor de las Antillas tienen un profundo basamento moral.

Foto: Estudios Revolución

Entre las expresiones cimeras de los vínculos, está que en el memorial Freedom Park, en las afueras de Pretoria, uno de los muros recoge los nombres de los más de dos mil cubanos que dieron su vida por la independencia africana y contra el apartheid.

Cuba siempre agradece la solidaridad del pueblo y el Gobierno sudafricanos por su permanente lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la Isla por el Gobierno de Estados Unidos.

Los lazos históricos y de hermandad que unen a nuestros pueblos y gobiernos, forjados a partir de la amistad que unió a los líderes históricos de los dos países, Fidel y Mandela, se sostienen, además, en el mantenimiento del diálogo político al más alto nivel, el intercambio sobre temas multilaterales, el flujo de delegaciones en ambas direcciones, así como el trabajo para aumentar el intercambio económico y comercial, hasta lograr llevar la cooperación al nivel de las relaciones políticas.

Nota: En la elaboración de este material se emplearon perfiles y datos proporcionados por especialistas del Ministerio de Relaciones Exteriores y despachos de prensa.

(Tomado del sitio oficial de la Presidencia)