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Compromiso y responsabilidad con su pueblo, voluntad de poner fin al conflicto armado y agradecimiento a Cuba como garante y sede, formaron parte de los pronunciamientos de los máximos representantes del Gobierno y el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), en la apertura del tercer ciclo de diálogos entre ambas partes, que se desarrolla en La Habana, según reportes de la ACN.
Al inaugurar los encuentros en el Salón de Protocolo de El Laguito, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla dio la bienvenida a las delegaciones y a los representantes de los países garantes, y subrayó que la posición de Cuba en apoyo al proceso de paz de Colombia es y será invariable, reportó PL.
Rodríguez Parrilla también aseguró que Cuba se mantendrá apegada a sus pautas de discreción imparcial y absoluto respeto a la voluntad de las partes y a los compromisos asumidos.
Precisamente, ese rol mantenido por Cuba durante la interrupción de los diálogos con el ELN en enero de 2019 y, antes, durante el proceso de paz con las antiguas FARC-EP, fue reconocido por las delegaciones colombianas.
Nuestro mayor homenaje es lograr que este proceso de paz sea absolutamente irreversible y que, fruto de ello, Cuba sea retirada cuanto antes de la nefasta lista de países patrocinadores del terrorismo, y pueda con esa decisión, junto al fin del bloqueo económico, recobrar el puesto digno que se merece, como las demás naciones del mundo, afirmó la senadora María José Pizarro en representación del Gobierno de Gustavo Petro, citó la ACN.
En igual sentido se pronunció el jefe de la delegación guerrillera. En un mensaje divulgado en la red social Twitter, Pablo Beltrán se refirió a «la determinación y sabiduría del Gobierno cubano, que defendió el cumplimiento de sus deberes como país garante de este proceso de paz, que le acarreó represalias, que es indispensable terminar y reparar el daño causado», escribió, también en alusión a la inclusión de la Isla en la falsa lista de países promotores del terrorismo por parte de Estados Unidos, que manipuló la digna actitud de Cuba de cumplir con los Protocolos de ruptura del diálogo en los momentos de su interrupción, durante el Gobierno de Iván Duque.
En sus alocuciones, tanto Pizarro como Beltrán se manifestaron firmemente convencidos de la necesidad de una solución política al conflicto.
Estamos comprometidos con las transformaciones para la paz en el país; soplan fuertes vientos de cambios, un mayor protagonismo de los movimientos políticos y sociales, los intelectuales, los gremios y demás sectores que le apuestan a un destino diferente a la guerra perpetua, valoró el jefe guerrillero, según la ACN.
Beltrán condenó a quienes acuden a la guerra mediática, al reclutamiento de mercenarios, al asesinato de líderes sociales, al bloqueo a los cambios en el Congreso de la República y al desarrollo de técnicas de golpe blando, y consideró necesario no permitir que los enemigos de los cambios y de la paz logren su cometido de mantener la guerra perpetua.
Entre todos y todas podemos construir un gran acuerdo nacional que garantice la paz definitiva, realice las transformaciones socioeconómicas necesarias y construya una democracia participativa; solo así podremos salir de esta espiral de violencia a la que nos quieren condenar esos enemigos de los cambios y de los diálogos de paz, señaló.
Por su parte, la senadora María José Pizarro consideró que este tercer ciclo se inicia con el mayor avance en estos diez años de conversaciones con la guerrilla, y se refirió a los grandes problemas que aquejan a la sociedad colombiana y plantean una nueva agenda de diálogos.
Nos mueve la plena conciencia que cada día de guerra tiene un costo enorme en vidas, que significa para la gente pérdidas, dolor, la incapacidad de construir un proyecto de vida viable para familias y generaciones enteras; estamos sentados dialogando para buscar soluciones reales en un país agobiado por más de seis décadas de guerra, afirmó.
Reconocemos que hay una historia de incumplimientos y traiciones a la paz, pero en las actuales circunstancias eso no es excusa para que los esfuerzos se vean empantanados, estimó la parlamentaria.
