ANKARA, septiembre 6.— El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que Europa «recoge lo que siembra», en referencia a los graves problemas que enfrentará el Viejo Continente en el próximo invierno debido a la falta del suministro de gas ruso, que llegaba a través del Nord Stream 1.
En una conferencia de prensa, citada por RT, el mandatario aseguró que la actitud de Bruselas hacia Moscú, específicamente las sanciones, ha llevado al anuncio por Rusia, este martes, de que no continuaría el suministro de gas hasta que se levanten las medidas punitivas. En cambio, dijo Erdogan, Turquía no tiene ningún problema con Rusia en cuanto al suministro de gas natural.
Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, explicó que la reanudación de las actividades del gasoducto ruso Nord Stream 1 depende de que Occidente levante sus sanciones a Moscú, pues son «las que han llevado la situación a lo que vemos ahora», según declaraciones a la agencia Interfax.
Precisamente, Alexei Miller, presidente de la empresa Gaz
prom, aseguró que las sanciones impuestas dificultan las tareas de reparación, que corresponderían a la firma alemana Siemens. Además, dijo que podría producirse una explosión o incendio en la única estación compresora en activo si continúa el suministro de gas a Europa en estas condiciones, según Euronews.
En este contexto, la Confederación Europea de Sindicatos advirtió que el aumento de los precios de la electricidad y el gas provoca que las facturas de energía se tornen impagables para alrededor de 9,5 millones de trabajadores en todo el continente.
Por otra parte, ante la amenaza de una recesión en la eurozona, el euro cayó a su valor mínimo desde hace casi 20 años: por debajo de 0,99 dólares. Según, Bloomberg, las principales economías de la región, encabezadas por Alemania, anunciaron medidas para contener el aumento del costo de la vida en el bloque.
Sin embargo, el economista Carsten Brzeski, citado por RT, dudó que esas acciones sean suficientes para mitigar plenamente el impacto de los crecientes precios de la electricidad.
Incluso, el jefe del estado alemán de Baviera, Markus Söder, aseguró, en una entrevista con un periódico local, que ninguna de las gestiones para sustituir al gas ruso ha fructificado. Por ende, explicó que capas enteras de la población se ven amenazadas por el declive y una ola de quiebras de pequeñas y medianas empresas.
Por su parte, el líder del partido italiano Liga, Matteo Salvini, afirmó en declaraciones a un medio de su país, que «estamos ante el único caso en el mundo en el que las sanciones para frenar una guerra, no perjudican a los sancionados, sino a los que sancionan».
A propósito, Bloomberg dio a conocer la opinión de los analistas de Capital Economics, que detallaron que Rusia puede cerrar por completo sus exportaciones de gas natural a Europa durante más de un año sin que ello cause un daño significativo a su economía nacional.
Los expertos refieren que mientras los precios del petróleo y los volúmenes de exportación se mantengan en los altos niveles actuales, el superávit por cuenta corriente de Moscú será suficiente para mantener el país a flote, incluso, con un corte de su principal mercado de gas.
Ante esa realidad, recientemente, los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7), conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Japón, acordaron establecer un tope a los precios del petróleo ruso.
Las nuevas sanciones incluyen la prohibición por completo de los servicios que garantizan el transporte marítimo de crudo ruso y de productos petrolíferos a nivel global si se venden a un precio mayor del límite determinado.
No obstante, Ekaterina Orlova, directora de la consultoría jurídica CM Grace Consulting, estimó que al G7 le resultará difícil alcanzar el consenso y asegurar que naciones como China, India, Pakistán o los países africanos se adhieran a esta política, según RT.