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ROMA, marzo 2.— Al menos 17 000 trabajadores de la Salud murieron de COVID-19 en el último año, con un promedio de 30 por día, revelaron este martes Amnistía Internacional, la Internacional de Servicios Públicos y Uni Global Union, organizaciones que pidieron, dada la cantidad de víctimas, acciones urgentes para acelerar la vacunación de millones de trabajadores sanitarios de primera línea en todo el mundo.
«Un trabajador de la salud que muere de COVID-19 cada 30 minutos es tanto una tragedia como una injusticia. Los trabajadores de la Salud de todo el mundo han arriesgado sus vidas para tratar de proteger a las personas de la COVID-19, pero demasiados han quedado desprotegidos y han pagado el precio más alto», dijo Steve Cockburn, de Amnistía Internacional según la agencia de prensa ANSA.
Las tres ONG denunciaron también que las desigualdades en la distribución de vacunas siguen aumentando: hasta ahora, más de la mitad de las dosis mundiales se administraron en solo diez países ricos, que constituyen menos del diez por ciento de la población mundial, mientras que más de cien países todavía no han vacunado a una sola persona.
