Este jueves, la Asamblea General de las Naciones Unidas comenzó un debate temático sobre la pandemia de la COVID-19, que se extenderá hasta este viernes, en la que el secretario general de la organización, António Guterres, recordó que por primera vez desde 1945 la humanidad se enfrenta a una amenaza común que no distingue entre nacionalidad, etnia o religión, una pandemia para la cual se investigan y prueban muchas vacunas, pero estas no deben darnos falsas esperanzas, cuando necesitamos un mundo más verde y más justo.
Reunidos de manera virtual, precisamente una situación a la que ha obligado el SARS-CoV-2, los Jefes de Estado y representantes de diversos Estados que intervinieron hoy, expresaron sus experiencias, diversas, sobre el enfrentamiento a la enfermedad que ya ha infectado a más de 60 millones de personas y se ha cobrado la vida de más de un millón y medio.
En sentido general, se aboga por una respuesta multilateral, y no pocos subrayaron que esta pandemia ha profundizado las raíces de la desigualdad y de la pobreza, de injusticias a largo plazo, que Guterres consideró «ha llegado el momento de reajustar».
Sin embargo, lo que debió ser respuesta mundial coordinada desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de manera objetiva sobre esa amenaza y dio recomendaciones para enfrentarla, no fue así y todavía hay países que rechazan los hechos y omiten las orientaciones.
Por su parte, el presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir, dijo que el mundo espera que Naciones Unidas asuma el liderazgo y tome medidas concretas para abordar el mayor desafío al que se enfrenta el mundo.
Entre los presidentes que hablaron en esta 31 sesión extraordinaria estuvo también el venezolano Nicolás Maduro, quien reconoció el liderazgo de la OMS y señaló que el «multilateralismo es la respuesta», a pesar de «los intentos de las minorías de los países poderosos del mundo» por imponer su protagonismo y buscar salidas individuales.
Este viernes 4, se celebrará un diálogo interactivo que comprenderá una serie de mesas redondas sobre los principales retos tras las consecuencias de la pandemia, incluida la respuesta sanitaria y humanitaria del sistema de la ONU hasta la fecha; el camino hacia una vacuna y los efectos socioeconómicos de la COVID-19.